11.

4.1K 531 117
                                    

Ya habían transcurrido más de dos semanas desde que Lisa y yo intentamos encontrar a Jisoo. íbamos todos los días sin falta al parque y visitábamos los lugares a los que ella me había llevado, con la esperanza de poder verla; sin embargo, no habíamos podido encontrarla hasta la fecha, y yo ya estaba empezando a desesperarme.

Durante las tardes cuando volvíamos, Lalisa era quien solía levantarme el ánimo siempre. Ella se había convertido en un pilar para mí y estaba verdaderamente agradecida de que fuésemos amigas. Hemos convivido tanto en estos días y noches —porque sí, habíamos hecho algunas pijamadas, las cuales Rosé también estuvo invitada, contando cosas sobre nosotras y planeando lo que haríamos una vez encontráramos a Jisoo—, que ya podía considerarla mi otra mejor amiga. Encontrar a alguien así no es fácil. Rosé tenía suerte.

Y hablando de ella, todavía seguía molesta con nosotras, pero no tanto como lo estaba antes. Inclusive se había dignado en acompañarnos estos últimos días y cuando no lo hacía nos preguntaba qué tal nos había ido. Sé que todo esto es difícil para ella —a pesar de que no era ella la del problema—, porque éramos prácticamente hermanas y yo sabía que aparte de Lisa era la única amiga que tenía, y no quería que me lastimara. 

También era difícil para mí. Muy, muy difícil. 

Una parte de mí quería hacerme creer que todo esto era lo mejor, porque Jisoo me había engañado y se había burlado de mí a mis espaldas, pero la otra parte quería hallarla y pedirle perdón por todo, abrazarla y no volver a alejarla de mí nunca. Ambas partes querían que dejara de sufrir, pero no estaba segura de cual camino tomar.

Todo era tan confuso.

Esa misma tarde, Chaeyoung y Lalisa me llevarían a cenar para "despejar mi mente", hoy habíamos ido al parque por la mañana y aunque yo quería regresar en la tarde, sabía que ellas tenían razón. 

Suspiré por tercera vez cuando mi madre terminó de hablar con mis amigas, dándoles indicaciones —como si yo fuese algún niño pequeño— y diciéndoles que la llamaran en caso de que algo pasara. De cualquier forma, yo no pretendía dañarles la noche con mi tristeza, Lalisa no solo me guiaba a mí, sino también a Chaeyoung, quien aún no podía caminar del todo bien. 

O eso pensaba.

...

—Verás que esto te hará bien, Jen —murmuró Chaeyoung, mientras el conductor nos llevaba hacia el restaurante al que Lalisa nos había invitado —al parecer sus padres también tenían un restaurante de comida tailandesa aquí—.

—Y también te gustará la comida. Es deliciosa —añadió Lisa.

—Aún no comparto la idea de esta cena toda pagada, pero ella tiene razón en eso.

—No empieces, Chaeyoung —le reprendió.

—Sabes muy bien que no me gusta que pagues todo. Es injusto.

—No es injusto. Yo voy a pagar porque quiero, no porque me estén obligando. 

—Pero... —tras unos segundos ella suspiró, consciente de que no era la mejor idea discutir por eso—. Bien.

—No te pongas así, amor. Ya hemos hablado sobre esto —dijo Lisa, con un tono de voz más dulce—. Todo está bien y no me molesta complacerte, ¿De acuerdo? 

—... De acuerdo.

—Muy bien. 

Todo el tiempo yo había permanecido un poco callada y pensativa, se suponía que esa noche haría todo lo contrario, pero no podía evitarlo.

Eyes┊JenSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora