Arno Victor Dorian

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No recuerdo mucho sobre esa noche.
La noche en que todo mi mundo se derrumbó, se volvió obscuro y lo perdí todo.

Solía vivir en una mansión, en Francia, claro. Mi padre fue un importante hombre de negocios, exportaba e importaba distintos productos a países lejanos. Yo era lo más preciado para él, su única hija, su única familia.

Pero tal vez no todo resultó tan mal, ya que, gracias a Dios exiten personas buenas en este mundo...

Estaba dormida... Escuché ruidos, pasos, voces... Mi padre irrumpió en mi habitación, me tomó en brazos y salió corriendo conmigo.

-¿Qué pasa?- susurré asustada, me aferré a él con fuerzas.

-Han enviado a un matón a eliminarme... La servidumbre lo retendrá, pero no por mucho tiempo. Tenemos que huir mi niña.

Subimos a la carroza, partimos de casa en plena penumbra de media noche.
Ambos nos habíamos calmado, nos creíamos seguros, y a lo lejos veíamos el humo y las llamas brotando de nuestro hogar.

Solloce mientras padre me consolaba con caricias en mi cabello, susurrando una canción de cuna que madre me cantaba cuando era una niña pequeña.

Tan poco duró nuestra calma, que algo hizo a la carroza detenerse abruptamente, haciéndome caer contra la puerta.
Padre sacó su espada, y su pistola también. Por segundos sólo se escuchó silencio, yo estaba temblando. Un ruido seco resonó por encima de nosotros, alguien estaba en el techo.

Valiente, padre salió a la calle, y disparó. Me cubrí los oídos, me hice un ovillo en el suelo esperando que terminara.
Levanté la cabeza, había demasiado silencio, vi una sombra agachada sobre el cuerpo sin vida de mi padre.

Quise gritar, ahogué mis ganas en mi interior y con sigilo abrí la puerta y escapé, descalza, en camisón sobre el frío suelo del camino.

Corrí como pude hasta un callejón, la poca luz que la luna me brindaba me ayudó a guiarme, solo quería alejarme.
Mi estómago se hizo un nudo cuando escuché alguien caer del techo, y aterrizar justo detrás de mí.

Me tomó del hombro, giré, pero no lo pude distinguir, sin embargo la sangre sobre su ropa brillaba un poco. Mi grito fue ahogado de nuevo, ésta vez por la mano que me tomó del cuello. Sentí su calor al abrazarme, intenté empujarle, sujetó mi cintura con su otro brazo y sentí el filo de una daga al ser liberado mi cuello.

-Por favor... Déjame ir... Por favor...

-Shhhh...

Fue la única respuesta que obtuve, entonces, un fuerte dolor en mi cabeza se hizo presente, perdí el conocimiento.

➖❇️➖

Mis manos viajaban como siempre por las paredes, intentando no caer al suelo. Agudicé  mi oído con la intención de captar algún sonido que indique que mi cuidador ha llegado.

Suspiré con frustración, me deslicé hasta sentarme en el suelo. Toqué mis párpados cubiertos por una venda, rompí en llanto.

Aquella noche que perdí mi hogar, que perdí a mi padre, aquella infame persona, también me arrebató la vista dejándome inútil y dependiente de aquél que salvó mi vida.

La puerta se abrió.

-____... ¿Qué haces ahí? Debes estar en cama, ¿Recuerdas?

Sonreí un poco, él me levantó del suelo para llevarme hasta mi cama.

-Bonjour Arno- Dije en voz baja, con mis manos tomé sus hombros, hasta llegar a su rostro y recorrerlo.

Acaricié sus mejillas, un calor extraño invadió mi rostro. Arno rió, y puso sus manos sobre las mías. Se levantó y me quedé sola por unos minutos.

-Te traje algo de pan, aún está caliente y, es delicioso- Mencionó poniendo el alimento en mis manos.

Así era. Arno me llevaba comida, varias veces al día; me bañaba, me vestía y peinaba; me ayudaba a caminar y también me llevaba regalos de vez en cuando.
Se quedaba a dormir junto a mí, y también me consolaba cuando mis recuerdos me atacaban.
Arno Victor Dorian, para mí, el era como un ángel que el cielo me había enviado como recompensa por mis desgracias.

-¿Qué quieres hacer hoy? ¿Quieres que te lea un poco? ¿Quieres tomar un baño o seguir durmiendo? O.... ¿Quieres... Bailar?

En ese momento, me levantó de la cama para abrazarme y comenzar a moverse mientras tarareaba una canción. Yo sólo reía, pues según yo, ninguno tenía idea de cómo bailar. Me dejé llevar, de pronto los dos caímos sobre el colchón, riéndonos como niños pequeños.

-Gracias...Arno... Por todo...- busqué su rostro con mi mano.

-Sabes que no tienes que agradecerme... Me alegra haberte encontrado y poder ayudarte. Le devolviste el sentido a mi vida ___. -Me ayudó a encontrarlo, besó mis nudillos.

Sentí que me empujó ligeramente para ponerme de espaldas sobre la cama, y también sentí su peso moviéndose hasta que supe que estaba sobre mí.
Aquel raro calor volvió a mi rostro, me dió una sensación nueva en el estómago, algo que no había experimentado nunca.

-___... Eres hermosa, tan... Perfecta...

Susurró cerca de mi oído, luego besó mi mejilla con delicadeza y acariciando mi cabello, me besó la frente. Soltó una pequeña risa.

-Arno..  Me pones nerviosa...

-Tranquila mi niña, solo, quiero demostrar lo mucho que significas para mí. Desde hace un tiempo no puedo sacarte de mi mente, solo sé que necesito estar contigo... Es que yo... Yo te amo ___.

Esas palabras tuvieron tanto impacto en mí, las ganas de llorar me inundaron, pero Dorian interrumpió en el momento en que comenzó a besarme lentamente, con tanto amor....

➖❇️➖

Narra Arno

Ella es lo único que tengo ahora, es mi tesoro más preciado.
Desde que la vi por primera vez, supe que nuestro destino era estar juntos para siempre.
Esa vez que por casualidad nuestras miradas se cruzaron en la calle, y me sonrió de una forma tan dulce, mi corazón se llenó de tanta alegría, que siento que ahora solo late por ella...

Gracias a la casualidad, una de mis misiones me llevó hasta ella... Quién diría que su padre, era un templario, el cual moriría bajo mi espada aquella noche.
Mi dulce niña, no sabes cuánto me alegré de haberte encontrado.

Asesiné a su padre, y, quizá ella me odiaria al enterarse.
Es por eso que decidí llevarla conmigo, decidí cegarla, así ella no podría vivir sin mi, como yo no puedo vivir sin ella.

Con esto, ella me necesita tanto como yo a ella, y pronto, también me amará como yo la amo.

Es que ni siquiera puedo explicar cuan feliz me siento de tenerla solamente para mí finalmente.

Me separé de sus labios, disfrutando aún el momento. Vi la pequeña sonrisa que formó, sus mejillas sonrojadas, tan bellas.

-Yo también te amo Arno...

Ahora... Ella es sólo para mí...

-Erol

Assassin's Creed One-Shot's YandereWhere stories live. Discover now