Capítulo 12 - Dónde está el amor

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P.O.V. María

Limpiamos nuestros vasos del desayuno y Pablo me llevó hasta el salón.

- Por cierto... Esa canción que me has cantado en la cocina... No la conozco...-dije confusa recordando las canciones de su único disco

- ¡Ah! Eh... Es nueva, para el próximo disco-dijo sonriente.

- ¿De verdad? ¿Cómo se titula?

- Pues... Dónde está el amor...-me respondió- ¿Quieres escucharla?

- ¡Claro!

Pablo fue rápidamente a su habitación y volvió con una guitarra entre sus manos. Se sentó a mi lado y se colocó bien la guitarra, comenzó a acariciar las cuerdas de su guitarra y una bonita melodía salía de ella.

- No hace falta que me quites la mirada
para que entienda que ya no queda nada...
Aquella luna que antes nos bailaba,
se ha cansado y ahora nos da la espalda...

Comenzó a cantarla y yo me acomodaba en el sofá observando como Pablo cerraba los ojos al cantarla, a veces abría los ojos y me miraba sonriente, otras desviaba la mirada sonriendo nada más verme.

- Es preciosa...-dije cuando acabó.

- Me alegro de que te guste... Por ahora tengo está...-me dijo sonriente- Pero quién sabe cuándo y cómo puede llegarme la inspiración.

Pablo comenzó a tocar distintas canciones de su único álbum y pasamos el tiempo mirándonos y regalándonos sonrisas. Cada vez que escuchaba una canción suya me olvidaba del mundo y me olvidaba del dolor que Carla me dejó.

- ¿Y tú, sabes tocar la guitarra?-dijo Pablo ofreciéndome la guitarra para que la cogiera.

- Eh... No, pero me encantaría aprender-le respondí.

- ¿Quieres que te enseñe?

- Si quieres...-respondí sonriente.

Cogí la guitarra y Pablo se acercó mucho más a mí, puso su mano izquierda encima de la mía para enseñarme cada uno de los acordes de una canción y me puse nerviosa al sentirle tan cerca de mí. Sentía su aliento en mi cuello y sus brazos envolvían mi cuerpo.

- Soy una patosa con los instrumentos-dije sonriendo.

- ¡Qué va! Sólo acabas de empezar...-dijo mirándome a los ojos.

Tenía su boca a centímetros de la mía, mordí mi labio inferior y en cuanto vi cómo Pablo intentó besarme desvié la mirada de nuevo a la guitarra.

- Yo... Lo siento, no volveré a intentarlo...-dijo sentándose más lejos de lo que estaba de mí.

Él bajo la mirada y me sentí culpable de haber rechazado su beso pero, tenía miedo.

- Lo siento...

Volví de nuevo la mirada a la guitarra y comencé a tocar los acordes que Pablo me había enseñado.

- Lo haces bastante bien-dijo Pablo acercándose a mí de nuevo.

- Tengo un gran profesor-dije riendo.

Me volví a Pablo y vi como me miraba sonriente.

- Me encanta verte reír...

- Es gracias a ti...

- ¿De verdad? No te creo...-dijo guiñándome el ojo.

- Si no te hubiera conocido ahora mismo no sería tan feliz.

Nunca Estarás Sola [Pablo Alborán]Where stories live. Discover now