Época

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"Dícese que aquel período determinado en la historia o en la vida de una persona."

25-12-2007

Noemí se encuentra petrificada cual momia delante del edifico desde hace mas de diez minutos. Respira profundamente un par de veces antes de obligar a sus piernas a adentrarse en la estación de autobuses del pueblo de Terrassa.

Por suerte, o por desgracia, no hay ni un alma esperando al último bus de madrugada, con destino a la ciudad del amor: Paris.

Le esperan mas de diez horas sentada en un incomodo y gastado asiento hasta llegar a la capital francesa donde solo podrá descansar durante un par de horas antes de subirse en el ferry que la llevará a su última parada, Londres. Es allí donde comenzará su nueva vida.

En la ciudad Londinense la espera uno de los mejores amigos que tuvo a lo largo de su infancia, el único que conserva a día de hoy. Manu ha prometido que la recogerá en el puerto y la invitará a cenar comida italiana.

Se da cuenta de que Tinet la ha puesto de los nervios cuando extrae un café con leche de la máquina expendedora y tiene que hacer un par de intentos para introducir la moneda, por culpa del bailoteo de sus manos.

Sorbe del vaso de plástico y se introduce en la lectura del primer libro que ha cogido de la biblioteca de la casa para amenizar el fastidioso trayecto. Escucha unas voces a lo lejos y suspira aliviada de no verse tan sola en aquella sala de espera tan angustiosa. Noemí saluda con un gesto de cabeza a la mujer y al niño que la acompaña.

Le parece oir una alarma no muy lejos de allí, pero piensa que se debe al cansancio acumulado y devuelve la vista al párrafo que estaba devorando.

El sonido de las sirenas se aproxima cada vez más a la estación. Alertando la tranquilidad que había adquirido.

-Ojala logren llegar a tiempo, pobres criaturas – exclama la anciana que ha tomado asiento junto a ella – Las instalaciones antiguas, es lo que tienen.

-¿Disculpe? No entiendo a qué se refiere.

-El orfanato que hay muy cerca de aquí acaba de sufrir las consecuencias de un incendio. Mi nieto y yo hemos visto las llamas desde lejos y la verdad es que daba pena ver la escena. Todos los niños llorando, que desgracia - se lamenta.

No le hace falta enterarse del resto de la historia, Noemí sale del lugar con una punzada en el pecho que aumenta por cada metro que recorre.

Cuando el terror que siente por sus pequeños se impone al dolor que está sufriendo su corazón, las lagrimas ya navegan a través de sus lagrimales.

No podría soportar que los niños a los que dedicó su vida muriesen por culpa de un estúpido incendio, la misma noche que ella pensaba en escapar y abandonarlos a su suerte.

Tarda menos de cinco minutos en distinguir la figura de una de las personas mas importantes de su vida, o por lo menos que antes lo era. Rubira analiza la situación desde la lejanía, como si temiera acercarse al lugar del accidente.

-¿Qué ha pasado? – pregunta zarandeando el cuerpo del hombre – ¿Estan los niños bien?

-Ahora te preocupas, te recuerdo que los dejaste solos – ataca soltándose del agarre.

-¡Tinet! Que me contestes, coño.

-Un incendio Noemí, están intentando apagar las llamaradas pero parece que se ha complicado el asunto – explica con calma- Faltan algunos críos por salir, los bomberos están encargándose.

Incandescente Where stories live. Discover now