la voz de los héroes... (League Of Legends).

Latiente en sú pecho

-¿que sucede?, ¿ya encontraron la runa?. -
Preguntó Poppi mientras observaba curiosa a Gnar riendo sin parar. Ella Se acercó un poco a este curioso yordle para tratar de hablar con él.
-¡Cuidado!. -
Exclamó Rumble mientras la tomó de los hombros para impedir que se le acerque mucho.  Y después de que Poppi hizo caso a su advertencia agregó.
-la runa, él la tiene; me la quito hace un instante. -
Todo el grupo se quedó viendo por un momento al alegré yordle anaranjado. Quien con las manos en el abdomen no paraba de reír a carcajadas en el césped.
Con sincronización todo el mundo volvió a enfocarse en el mecánico, quien no pudo evitar sentirse un poco avergonzado. El solamente dijo en voz un tanto nerviosa.
-también intimidaba mucho mas  hace un momento.  -
Gnar finalmente se levantó y y dijo señalando a Rumble y riéndose.
-¡gada bana!. Jajajaja. -
Rumble, un poco sonrrojado
preguntó con algo de molestia en su tono.
-¿alguien sabe por qué ríe tanto?. -
-vamos a ver. -
Dijo Lulú acercándose sin cuidado a Gnar y tocó su cabeza para leer sus pensamientos. Ahora todos miraban confundidos a Lulu riendo sin parar.
Ella aclaró la razón por la cual Gnar no dejaba de reír.
-te veías tan gracioso cuando te quitó la runa. Hahaha. ¡Gritabas como niña!. -
Lulú no pudo contenerse mas, y se echó al suelo a reír hasta quedar sin aire.
Rumble esta vez completamente  molesto exclamó.
-¡cualquiera se asustaría si un monstruo gigante se le apareciera de la nada!. -
Entonces el irritado mecánico volteó a ver a Tristana, quien estaba haciendo su mejor esfuerzo por contenerse, colocando su mano serrada sobre su boca para no comenzar a reír también. Entonces tomó un poco de aire y dijo cuando consiguió relajarse.
-perdon, eres lindo cuando te enojas. Trataré de que me dé la runa. -
Entonces aquél pequeño yordle naranja se quedó mirando a Tristana, quien se le acerco y señaló la runa que él sostenía en las manos.
Él no tenía ni idea de que era lo que había robado a aquel hombre. Pero sabía bien lo peligroso que era, él observó cuando Detrik destruyó en cuestión de segundos gran parte del bosque, que ha sido su hogar desde el día en que despertó de ese gran sueño que paresia ser eterno. Pero también observó el momento en el que aquella chica yordle impidió que una flecha le alcanzara. la forma en la que todo el grupo se comportaba; no le pareció que ellos fueran malos en lo absoluto.
El pequeño yordle se centró tanto en sus pensamientos que no notó el momento en el que la artillera había tomado de manera calmada la runa de su mano. Él no pudo evitar sentir un poco de inquietud ante lo sucedido, cosa que de reflejó en el momento en que su pelaje se erizó un poco. Ese sentimiento de miedo en el yordle fue neutralizado de forma repentina cuando este notó la sonrisa que Tristana le brindó al mismo tiempo que le acarició el oído con delicadeza.
Gnar disfrutó mucho de esa sensación tan tranquilizante, tan... Familiar; esa acción también desencadenó alguna clase de recuerdo amargo para el yordle. Pues, al cabo de un breve instante, regresó con velocidad a la cueva bajo las raíces de un árbol, en donde Rumble había encontrado la runa con anterioridad.
Y ahí permaneció, mirándolos con cautela.
-de acuerdo, Tenemos la runa. Es hora de marcharse. -
Dijo Veigar. Teemo, kennen, Poppi y Rumble, aun un poco incómodo comenzaron a caminar hacia donde el rey Jarvan les esperaba para continuar la excursión.
Lulú y Tristana se quedaron viendo a Gnar por algunos momentos, asta que la hechicera se acercó a su amiga y le comentó.
-Él vivió hace miles de años en este mismo lugar. Junto a su familia y amigos.
Un día quedó atrapado en una misteriosa tormenta de nieve que lo mantuvo vivo, congelándolo hasta hace poco. Es solo un niño, le calculo de cuatro a cinco años humanos...
Tristana, no quiero dejarlo aquí solo... -
Tristana miró al pequeño yordle en silencio durante algunos segundos. Después comentó con seguridad.
-no lo aremos. -
El rey Jarvan preguntó a sus lideres de batallones si consideraban apropiado seguir buscando a sus enemigos. Las opiniones fueron variadas, algunos predijeron que los jinetes, al no seguir poseyendo la runa, se dedicarían enteramente a escapar de la misma manera en que lo acaban de hacer. Si este fuera el caso. El ejército se vería en desventaja en la cuestión de movimiento, pues sus enemigos aparte de ser un grupo pequeño. Todos portan un caballo, A diferencia de todos los soldados se su bando.
Otros generales estaban en contra de dejarlos escapar y darles vía libre para hacer lo que deseen.
Jarvan estaba indeciso. Ambos puntos de vista eran perfectamente válidos, mientras meditaba ha cerca de las acciones que se debían tomar, notó a la mayoría de los yordles. Quienes se  acercaban caminando hacia él.
La idea se generó en el momento en que el rey notó a Kennen con la vista fija en el bosque de donde acababan de salir, el yordle se había preguntado el por que sus dos compañeras se demoraron tanto.
No continuarían persiguiéndolos sin sentido, pero prevendrían cualquier posible situación; y aprovecharían la repentina ventaja que generaron sobre ellos.
Entonces pidió a sus hombres que le indicaran cualquier punto de interés. Ya sea alguna aldea, runa, cueva o templo. Mandaría soldados a cada uno de esos lugares. Para así estar al pendiente de cualquier posible atentado o acción de los jinetes a estos sitios. Si ese fuera el caso, y los jinetes aparecieran en algún lugar vigilado. Se alertaría a los grupos dispersos con ayuda de bengalas de emergencia que portaban los soldados.
Así mismo, regresaría a un pequeño grupo de nobles guerreros al reino para que desarrollaran una investigación acerca de la poderosa arma neutralizada. para así, con suerte, llegar a lograr utilizarla a su favor.
Sus propios hombres preguntaron a Jarvan acerca de a quienes había elegido para llegar al reino, sin soldados, por lo tanto desprotegidos; con una misteriosa arma que bien podría acabar con decenas de personas en un segundo. 
-Yo confió plenamente en ellos; pues son mucho mas que solo criaturas mágicas, mucho mas que poderosos guerreros. Porque en el pecho de ellos late con fuerza el corazón de un héroe. -
Dijo el rey con seguridad.

Continuará...