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—¿Te dejas pintar el cabello de color verde? —pregunto la coreana acabando su malteada.
—¿Por qué quieres cambiarle el color a mi cabello? —pregunto el australiano con una mueca confundido.
—nunca me ha gustado demasiado el color rubio y llevo dos semanas en tu cuerpo, ya me aburri de verme al espejo.
—puedes pintarlo. —tomo un poco más de su malteada—, pero yo lo haré. —se levantó de su asiento—, vamos a comprar las cosas.
—gracias. —sonrio la menor.
Aquellos 2 chicos en un lapso de dos semanas se habían vuelto amigos, para ellos podían hablar de cualquier cosa y sería un excelente tema de conversación durante horas, tenían el mismo sentido del humor y eran igual de raros pero amables.
—me quiero tomar una foto. —hablo EunYi—, chan, sientate aquí así. —eunyi obligó al mayor hacer algo que al parecer no quería.
—¿Por qué me tienes obligado a hacer cosas que no quiero?
—callate y sonríe.
—no quiero.
—piensa en algo lindo. —eunyi dijo tal cosa al aire pero chan sonrió porque pensó en que si todo salía bien tendría una relación con Eunbi pero después pensó en que si eso pasaba era posible que dejara de hablarse con EunYi y no quería eso.
—mira que lindos. —unas chicas pasaron detrás de EunYi pero eso no evitó que siguiera sacándoles fotos a chan.
—de seguro son novios.
—yo quiero un novio así. —y ambas chicas se fueron.
—que asco, yo jamás sería novia chan. —poso su mirada en su teléfono viendo sus fotos.
—¿Ya? —se acercó chan mirando las fotos igual.
—sí, al rato subiré una. —guardo su teléfono en su bolsillo.
—vamos a comprar el tinte para que me arruines el cabello. —el australiano empezó a caminar.
—¿Por qué me invitaste a salir? —pregunto EunYi aun confundida.
—estuviste entrenando muy duro para mí carrera, te tenía que felicitar. —sonrio—, gracias.
—es lo único que me queda, estoy atrapada en tu cuerpo. —se encogió de hombros.
—mamá ya volví. —entro EunYi a la que ahora era su casa.
—hola mi amor. —la señora se encargó de dejar besos en el rostro de su hijo.
—ella es mi amiga, Lee EunYi. —señalo a chan.
—buenas tardes. —saludo el mayor a su madre, tenía muchas ganas de abrazarla y decirle que la extrañaba.
—buenas tardes linda.
—cristopher. —una de las gemelas llegó corriendo a su hermano.
—hola Juliette. —sonrio EunYi al ver a la pequeña hermana de chan.
—hola. —saludo chan a su hermana.
—hola. —la pequeña saludo a la chica pelinegra sin problema.
—bueno, ¿procedemos? —pregunto la menor abriendo sus ojos de manera sugestiva.
—claro. —ambos chicos subieron a la recámara del mayor.
—bienvenido a tu cuarto. —sonrio la menor.
—extrañaba mí cama, la tuya es de niña. —el mayor se abalanzó a su cama y se acurrucó en ella.
—soy una niña. —respondio obvia.
—bueno, sientate que te haré el cambio de tu vida.
—¡El agua está fría chan! —la menor se quejó al sentir el agua fría bajando por su cabeza.
—perdon. —el mayor estalló en risa al ver el enojo de su amiga—, tu querías pintarte el cabello. —se excusó.
—pero hazlo bien, vas a enfermarte.
—tu estás en mi cuerpo, tú serás la enferma. —chan siguió lavando el cabello de la menor.
—bueno, eso tiene sentido, deberías darme las gracias por el cambio así podrás sorprender a Eunbi.
—hablando de eso, si volvemos a la realidad, ¿Seguiremos siendo amigos? —pregunto chan con un poco de tristeza.
—mirate, tu deberías ser el menor de esta amistad. —eunyi sonrió.
—ya está tu cabello, sólo falta secarlo. —chan tomo la secadora y empezó a ponerlo en dirección a la cabeza de la menor.
—claro que seguiremos siendo amigos. —la menor regreso al anterior tema—, jamás olvidaré está experiencia.
—gracias. —miro al espejo y solo encontró el reflejo EunYi; “¿EunYi sabrá que tiene un lindo rostro?”
—estoy horrenda no tienes que ver de esa manera mi cara. —eunyi reprendió de un manotazo a su amigo.
—no estaba haciendo eso. —chan sintió su teléfono vibrar—, oh, espera. —leyo el mensaje— vamos a salir de este cuerpo este fin de semana. —sonrio—
