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—vamos corredor. —taekwoon lanzó hacía donde se encontraba el rubio escribiendo algo en unas hojas en el suelo de la cancha.
—¿Por qué me dices "corredor"? —el australiano hablo molesto—, tengo nombre.
—es más divertido así. —el pelinegro se acercó al menor.
—¿Cómo conoces a EunYi? —chan rápidamente tapo lo que estaba haciendo y concentró su mirada al líder del equipo de voleibol.
—es hermana de un viejo amigo. —dijo sin expresión alguna.
—¿Fuiste amigo de YiKwoon?
—wow, eres cercano a EunYi o, ¿Algo así?
—somos amigos.
—hablas de ella como si fueran más que amigos, conozco a ella y a su amiga desde que eran unas niñas pequeñas, tienes que ser alguien importante para que te hablen de eso.
—¿A qué te refieres? —chan miró una vez más el papel que tenía en manos y lo re leyó, ¿Qué estaba pensando?
—tienes un papel importante en la vida de EunYi y probablemente en la vida igual de MinMi, no las vayas a arruinar. —el mayor volvió al centro de la cancha.
Si me dices para ti qué soy
No dudaría en hacerte tan feliz
Eres especial para mí
Dime, ¿por qué me haces sufrir?
Yo te olvidaré desde las Fuentes de Ortiz
Soy inseguro, cuando dices que me quieres, porque creo que no
Como bebé caigo, pero sí, redondito, en tu trampa, amor
Ya dime si tú me quieres, por favor
Ya he sufrido y me he empedado tanto, por tu amor
—soy un idiota. —el australiano mal doblo las hojas con sus notas y las guardo de vuelta en su mochila.
—¿Te imaginas? —minmi cerro sus ojos.
—¿Qué? —la pelinegra volteo un poco su cabeza para ver el rostro de su amiga.
—que alguien alguna vez te envié una carta anónima —minmi volvió a abrir los ojos y siguió viendo el techo.
—minmi, tú tienes un novio que puede hacer eso. —eunyi se sentó en el suelo y miro a su amiga que estaba acostada en este.
—o sea sí, pero ese tonto no hace nada.
—¡Estoy aquí eh! —el mencionado se recostó sobre el cuerpo de su novia.
—quítate, hueles feo. —la castaña iba a comenzar una tonta discusión con su novio de nuevo.
—no es cierto.
—bueno, no. —cedió ante él—, pero pesas mucho, Haste para allá. —ambos se sentaron en el piso—.
—si se van a besuquear que sea afuera. —la pelinegra advirtió.
—¡Corredor! —las práticas de voleibol eran demasiado estrictas y con horarios largos para chan, y en sólo su primera semana, estaba cansado y de ahora en adelante preferiría mil veces una pista a una cancha.
—necesito unas rodilleras nuevas. —chan señaló sus rodilleras color vino ya desgastadas, de por si estás no eran nuevas, pero con toda la práctica se desgastaron aún más.
—las chicas de costura siempre tienen nuestros respuestos, ve a pedir un par, yo te los regalo. —taekwoon no era malo, solo era muy estricto.
—gracias.
—jeongin y yo iremos a la cafetería, ¿Quieres algo? —minmi se acercó a su amiga que estaba ocupada con su falda.
—no, gracias. —con el más mínimo interés respondió.
—¿Es enserio? —minmi volvió a asegurarse.
—de verdad, no quiero nada.
—ok.
—disculpen. —chan entro al taller de costura.
—buenas tardes. —eunyi se acercó a la puerta sin ver de quién se trataba.
—hola, será que me puedan. —chan visualizo a la chica que se acercaba—, ¿EunYi?
—chan. —la menor no podía decir que se sentía molesta de que fuera él, a decir verdad, estaba feliz de que fuera él.
—amm. —chan por un momento divago por el rostro de la chica que tenía enfrente, como si jamás lo hubiera visto a tocado.
—¿Qué necesitas? —eunyi trajo de vuelta al mayor.
—rodilleras.
—creo que el cajón es ese de ahí. —eunyi señaló el cajón forrado de color naranja, como el uniforme que ahora traía el mayor—, ¿Quieres un par? —pregunto mientras se dirigía al cajón—.
—sí. —chan no pudo evitar sonreír al verla, era tan linda que no podía creer que había conocido a una chica como ella.
—toma. —la menor tendió su mano junto con las rodilleras negras hacía el mayor.
—gracias. —chan las tomo, pero dónde estiró su mano la menor tono una rasgadura en la manga.
—¿Quieres que arregle eso? —señalo la tela rota.
—¿Que? —chan miró en su ropa donde estaba roto y miro el hueco donde sobresalía lo blanco de su piel—, ah.
—no tardaré mucho, solo lo pasaré rápido a máquina. —eunyi señaló la máquina al final del taller que tenía encendida.
—¿No te moleste?
—claro que no. —eunyi le regaló una sonrisa al mayor.
—bueno. —el extranjero procedió a quitarse la playera quedando su torso al descubierto.
—c-claro. —la menor no era de sonrojarse, ella no era así, pero estaban nerviosa de ver al mayor sin camiseta.
—¿Deberíamos volver con EunYi? —hablo jeongin confundido, ya que su novia prefirió comer en la cafetería en lugar de volver con sus amiga.
—ví a chan pasar, no creo que nos necesité en un rato.
—oye, quiero pedirte una disculpa por lo del campamento. —chan intento hablar sobre ese día pero EunYi no lo permitió.
—no tiene sentido que me hables de eso. —eunyi no quiso visualizar al mayor, prefirió seguir costurando.
—pero quiero hacerlo. —chan se puso de rodillas enfrente de la menor—, sé cómo te pusiste y eres muy importante para mí, no quiero que estes así por alguien tan tonto como yo.
—chan, no importa, somos amigos, ¿Ok? —se arremango su suéter y mostró su pulsera.
—¿Aun la tienes?
—claro que sí. —sonrió y siguió costurando.
—¿Dónde aprendiste a costurar?
—minmi me enseñó. —y con eso corto el último hilo para entregarle su playera al mayor.
—quiero prometerte algo. —eunyi solamente miró el rostro del más alto—, te prometo que jamás te sentirás decepcionada de mi y jamás te dejare sola o triste. —eunyi solo rió ante esas palabras.
—esta bien. —eunyi no entendió por qué chan decía eso, las promesas para EunYi desde hace mucho dejaron de significar mucho, no podía dejar en manos de palabras cosas que deberían ser verdad sean dichas o no.
Chan antes de irse miró una vez a la menor, no había persona en el mundo que lo hiciera sentir como ella lo hacía y se sentía tan bien.
