JUNGKOOK
—¿Hay algo que quisieras decirme?
Jimin estaba parado en mi puerta. Sabía que esto venía. Sabía que él querría saber la verdad tarde o temprano. Yo había seguido esperando que fuera mucho, mucho más tarde. No estaba listo para tener esta conversación con él.
—Lo siento, no me quedé mucho tiempo en la clínica hoy. Te dije que tenía reuniones que tenía que...
—Por favor, Jungkook... para. No me hagas ser el malo aquí. Los dos sabemos que hay algo muy diferente en ti, y si vamos a darnos otra oportunidad, realmente necesito poder confiar en ti otra vez. ¿Hay algo que me has estado ocultando?
Me quedé allí por un momento, luego me hice a un lado y dejé entrar a Jimin. Tenía razón. Estaba poniendo todo esto en él. Hacer que me pregunte sobre cosas que debería haber tenido las agallas para decirle hace mucho tiempo. No estaba seguro por dónde empezar, pero pensé que el punto cuando me fui de la ciudad cinco años atrás era probablemente un buen lugar.
—¿Quieres algo? ¿Una bebida?
—No, estoy bien —dijo Jimin, sentándose en mi sofá—. Solo quiero saber qué está pasando.
Tomé una respiración profunda y lo dejé salir.
—Hay muchas cosas que no te he dicho, Jimin. Pero no porque no quisiera que lo supieras —dije, mirándolo, luego bajé las manos—. No te dije lo que estaba ocurriendo en ese entonces porque tenía miedo.
—¿Asustado de qué?
—Bueno, sobre todo de lo que pienses de mí.
—Comienza desde el principio, Jungkook. ¿Por qué te fuiste?
—Está bien —dije, tomando otra respiración profunda—. La razón por la que dejé la facultad de medicina... esta ciudad... tú... fue porque yo... porque me había convertido en un omega. Y estoy seguro que después de esta mañana ya te has dado cuenta de eso.
—Sí, fue un poco difícil pasar por alto.
—Yo era muy joven y estaba asustado, Jimin. Sabía que me echarían de la facultad de medicina si se enteraban, y tenía miedo de humillarte... enfadarte... humillarme a mí mismo. Yo solo... realmente creí que te haría las cosas más fáciles si me fuera.
—Bueno, no fue así. No me hizo nada más fácil. Pasé años intentando descubrir dónde estabas y por qué te fuiste. Lo que hice mal.
—Lo sé, Jimin. Lo sé. Lo siento mucho. No tienes idea de lo horrible que me he sentido y todavía siento. Pero después que me fui y tardé tanto en contactarte, nunca sentí que era el momento adecuado. Seguí pensando para mí... en seis meses... en un año... después de graduarme... después que termine mi residencia, lo llamaré. Pero cada vez que llegaban esos momentos, simplemente no podía hacerlo.
—Entonces, ¿a dónde fuiste? ¿Cómo obtuviste tu título de médico?
—Me mudé a la costa este y me quedé con mi primo por un tiempo. Él tenía un amigo que estaba en mi misma situación. Un beta que tenía una posición del gobierno que se había convertido en un omega y estaba desesperado por mantenerlo en secreto. Mi primo sabía qué drogas tenía que tomar y qué tenía que hacer para poder pasar. Empecé a tomar estas inyecciones supresoras de hormonas dos veces al día todos los días. Con mi nivel de hormonas y las horas que estaba trabajando, eso era lo que necesitaba para mantener todo bajo control. Para aparecer como un beta. El caso es que todo se vio afectado. Mis hormonas reproductivas, pero también las hormonas que regulan la función cerebral, las emociones, todo. Nunca me sentí como yo mismo una vez que comencé a tomar supresores. Lo odiaba. Y anoche, cuando estábamos juntos, sabía que debería haber tomado mi segunda dosis, pero quería sentirte tan mal. Quería sentirte, Jimin. Lo he deseado por tanto tiempo. Te he echado mucho de menos —le dije, mirando a Jimin. Sabía que había lágrimas en mis ojos, pero no me importaba. Estaba tan cansado de los secretos.
