JUNGKOOK
—¡Oye, Jimin! ¿La estás oyendo? —grité mientras sacaba un montón de recipientes de plástico de la nevera y los apilaba en el mostrador. Jiae estaba sentada en su silla alta. Acababa de comenzar a comer alimentos sólidos y le di un cuenco de puré de zanahorias, luego continúe buscando en la nevera para encontrar un refrigerio para el parque.
No escuché una respuesta, y justo cuando estaba a punto de volverme hacia Jiae, escuché su cuenco caer al suelo. Me giré demasiado rápido y resbalé sobre las zanahorias, y cuando extendí la mano para agarrar el mostrador y evitar que me cayera, jalé la pila de contenedores sobre mí. Por supuesto, la salsa de espagueti no había sido sellada correctamente, así que ahora, mi mitad delantera estaba cubierta de rojo y mi espalda estaba cubierta de naranja.
—¡Oh mierda! Jimin! ¿Dónde estás? ¿Estás abriendo la puerta?
Escuché murmurar desde el pasillo y luego el timbre sonó de nuevo, y todo el tiempo Jiae se reía como loca.
—Realmente hilarante —le dije mientras me ponía de pie. Agarré una toalla e intenté limpiarme, pero fue imposible.
—¿Jungkook? ¿Qué está pasando? —preguntó Jimin mientras corría por el pasillo con Jisoo en sus brazos—. ¿Estás oyendo la puerta? —cuando dobló la esquina y me vio de pie cubierto de salsa, rompió en la histeria—. ¡¿Que pasó?!
—Oh, lo de siempre —me puse de rodillas y comencé a recoger los contenedores y a limpiar el desastre—. Jiae y yo, solo pasando el rato y tirando cosas. ¿Puedes abrir la puerta? No estoy muy presentable en este momento.
Jiae se sentó en su silla alta y comenzó a golpear rítmicamente la bandeja mientras reía histéricamente.
—Estoy contigo, Jiae —dijo Jimin—. Es gracioso.
Lo miré y levanté las cejas.
—Está bien —dijo, tratando de borrar la sonrisa de su cara—. Iré a dejar entrar a los muchachos.
Jimin desapareció, y cuando regresó escuché a Taehyung y Hoseok con él.
—Santa vaca, Jungkook. Estás cubierto de comida. Lo sabes, ¿verdad? —dijo Hoseok con una sonrisa. Tenía a Taeho apoyado en una cadera y una gran sonrisa en la cara.
—Ja, ja. Sí, esto es desagradable. Estoy bastante seguro que esta camisa va a la basura.
—No es de extrañar que haya tardado tanto en abrir la puerta. Parece que ambos tienen las manos ocupadas —dijo Taehyung.
—Oh, a ustedes dos les encanta esto, ¿verdad? —le dijo Jimin a su hermano—. No podías esperar para vernos cubiertos de travesuras de bebé. Bueno, Jisoo aquí está recién cambiada —dijo mientras miraba a nuestro pequeño y dulce ángel donde la tenía balanceada en su cadera—. Pero puse unos pañales en su bolso, por las dudas.
—Sí, eso es lo que estaba buscando —le dije, volviendo a los contenedores de comida—. Un bocadillo para poner en la bolsa de pañales para estos dos maníacos —Jiae se rió de nuevo. Juro que sabía que estaba hablando de ella.
—No te preocupes por eso —dijo Taehyung—. Tenemos cereales, galletas y algunas bolsas de comida para bebés. Deberíamos estar bien.
—Bueno. Déjame tomar una botella de leche para Jisoo.
Se la tendí a Hoseok, luego extendí la mano y revolví el cabello de Taeho.
—¡Oye, Taeho! —no me acerqué demasiado porque todavía estaba cubierto de comida—. Se parece cada vez más a ti cada día que pasa —le dije a Hoseok.
