Prólogo

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Todo comenzó un 12 de Octubre. Red se encontraba haciendo uso de su innato talento para el arte al pintar una enorme pared blanca que su vecino acababa de terminar. Se sentía tranquilo y calmado mientras usaba ágilmente sus diferentes latas de pintura para plasmar en aquel lienzo una de sus más frescas ideas.

Luego de horas de trabajo, dio por terminado su tarea y, dando unos pasos atrás, admiró con orgullo su obra maestra. Aquel dragón oriental albino le había quedado de maravilla, lástima que la patrulla de policía que había estacionado a su lado no le pareció tan genial.

-Red Castel, agradecería encarecidamente que me mostrarás tu licencia para pintar en esta propiedad.- Pronunció el oficial mientras se bajaba de la patrulla. -He de suponer que posees una.-

-Oficial, he de responderle encarecidamente que no. No poseo una de sus dichosas licencias.- Le respondió el chico mientras rápidamente guardaba sus latas y brochas en su bolso. -Ahora, si me disculpa, me retiro- Al pronunciar estás palabras, Red saltó por encima del capó del auto y corrió lejos de la patrulla.

El oficial suspiró al mismo tiempo que se subía al vehículo.

-Aqui vamos otra vez- Dijo para luego encender el auto y empezar a perseguir al maleante.

Red sabía claramente que no debía pintar las paredes ajenas sin permiso. Le había quedado claro luego de pasar aquellos meses en el reclusorio para menores años atrás. Sin embargo, aún no resistía la tentación de llenar aquellos enormes lienzos de sus bellas e increíbles obras de arte. Él era un artista, algo incomprendido, pero único en su clase.

Dobló en un callejón para cortar camino, al voltearse puedo ver cómo la patrulla pasaba de largo. Suspiró, parecía que una vez más, el artista callejero se salía con la suya.

Caminó por aquel pasillo sin preocupaciones mientras pensaba que haría después. Sus pensamientos fueron interrumpidos debido a un fuerte escalofrío que corría por su espalda, el cual solamente podía significar una cosa; alguien estaba detrás suya.

-Bien, bien, podemos hacer las cosas fáciles o difíciles muchacho. Solamente dame lo que tienes en el bolso y todo lo que lleves encima y te podrás marchar tranquilo.-

Aquella voz no era la del oficial, Red supo que se encontraba en un aprieto pero nada que no pudiera solucionar.

-Faciles, difíciles. Ustedes los ladrones ven todo blanco y negro, hay más colores ¿Saben? Déjame mostrarte uno.- Pronunció sin siquiera voltearse. Dejó su bolso cuidadosamente en el suelo y presionó un pequeño botón colocado en una banda en su muñeca. Al oprimirlo, su cuerpo se vio envuelto en un resplandor verde que al disiparse dejó ver a Red con unas vestiduras distintas, llevaba puesta una camiseta negra con un símbolo de "líquidos peligrosos" dibujado con aerosol verde fluorescente, tenía un cinturón en el cual llevaba distintas latas de pinturas agarrados a el. Una máscara anti-gas amarilla cubría la parte inferior de su rostro y, agarrada al cuello, llevaba puesta una chaqueta negra que al estar suelta, simulaba ser una capa. La capucha de la misma cubría lo que quedaba de su rostro dándole el toque final a su traje.

Al terminar su "transformación", se volteó para ver de frente a su atracador.

-Rebel Boy reportándose para la acción- Pronunció.

-Ese disfraz de rarito no te salvará de la golpiza que te vendrá encima.- Le dijo el ladrón mientras recogía un caño de metal del suelo.

-Puede que mi traje no intimide, pero estoy seguro que esto si.- Desprendió de su cinturón una lata de pintura y ,con una enorme velocidad, dibujó una enorme tarántula en el suelo.

La rebelión.Where stories live. Discover now