Capitulo 1.

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El apurado paso de Red hacia que las pequeñas rocas que había en el suelo retumbaran.

Estaba cansado, había tenido que caminar varios kilómetros para llegar a la zona radioactiva ya que no podía utilizar sus habilidades o sería descubierto otra vez. Pero no solo el cansancio físico lo abrumaba. Su mente divagaba por momentos, se inundaba en sus pensamientos y los recuerdos del pasado lo invadían.

Aún temblaba cuando oía el estruendo del avión estrellándose contra el edificio resonando en su cabeza. Ya habían pasado 5 años desde aquel día. Efectivamente nada había mejorado. El equipo, su equipo, había fracasado en mantener a la sociedad en pie. Habían sido derrotados, no había nada que hacer frente a la rebelión de los Especiales malvados.

Ahora su objetivo era otro, tenía que encontrarla. Era su más preciado tesoro, y debía hallarlo.

Por eso estaba en camino a la zona radioactiva. Creía que quizás el dueño de aquellos dominios sabría algo.

Llegó a la orilla de lo que en algún momento debió ser un río bastante ancho, pero ahora el caudal arrastraba un fangoso líquido negro que Red prefería no tocar.

Palmó su bolsillo izquierdo y un escalofrío recorrió su cuerpo al no sentir el disquete que había puesto ahí.

-No me digas que se me cayó otra vez- volteó y escrudiño el terreno. No llegaba a notar nada parecido al disquete, supuso que se había caído antes. -Él me matará si no lo encuentro- Fugazmente una idea pasó por su cabeza. Metió la mano en el bolsillo derecho rogando que estuviera ahí.

Se relajó al sentir que ahí se encontraba. Lo sacó y lo arrojó al piso.

-Hacksore, yo te elijo- Dijo aguantando la risa.

El disquete se desarmó en miles de pequeños cubos que se asemejaban a píxeles en 3D. Los mismos empezaron a rejuntarse formando otra figura. Se hizo presente un chico delgado de apariencia joven, tenía una tez verdosa y un cabello negro puro. Llevaba pantalones jeans y una chamarra de color negro. Utilizaba de accesorio unos audífonos con llamas verdes pintadas.

Con una sonrisa en sus labios, dio un pequeño brinco y empezó a observar a sus alrededores mientras decía alegremente. -¡Se siente genial volver a la normalidad! ¿Ya llegamos he? Vaya, este lugar está cada vez peor, deberían pasarle una manito de pintura a esos escombros.- La alegría y buen ánimo de Hacksore llegaba a sacarle alguna sonrisa a Red. Siempre lograba levantarle los ánimos.

El chico miró a su compañero y le dio un pequeño empujón con la mano. -Cambia esa cara Rojito, quizás Poison sepa algo.

-Eso espero Hacksore.- Bajó la mirada algo entristecido, aún tenía esperanza que la encontraría y estaba empeñado en hacerlo.

-Bien, aquí vamos otra vez- Limpió un poco el suelo y utilizando sus aerosoles dibujo unas botas con resortes en las suelas. Las manifestó y se las colocó.

Hacksore lo miraba atentamente, siempre le había gustado el como Red utilizaba sus poderes.

-Mi turno- Pronunció. Sus pies se desarmaron en pequeños cubos que luego se volvieron a unir a su cuerpo formando unos resortes donde antes estaban sus pies. -Boing Boing, soy como un sapo- Iba dando pequeños saltos hacia todas direcciones. Luego tomó carrera, saltó con gran fuerza y cruzó el río. Al llegar al otro lado miró a su compañero y le hizo señales para que hiciera lo mismo.

El artista saltó de la misma manera que su amigo y llegó al otro lado junto a él.

-Si fueran los juegos Olímpicos, tendríamos medallas doradas- Hacksore sacó pecho y, tras reírse un momento, siguió caminando.

La rebelión.Where stories live. Discover now