Capítulo 10: La serpiente que se muerde la cola

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Naruto se encontraba en la sala de su casa, acompañado por sus compañeras de equipo…

Los tres novatos estaban preparándose para su evaluación del día siguiente repasando las diversas lecciones que habían recibido durante su tiempo en la academia con el fin de no ser sorprendidos de manera alguna por su Sensei. El rubio, ubicado entre ambas amigas, las abrazaba de forma posesiva de sus cinturas y recorría sus cuerpos con sus manos sin que Sarada o Himawari replicaran de forma alguna, sonriendo ambas por sentirse dignas de las atenciones del chico.

- Me imagino que al final, la prueba se tratará de vencer a Kurenai-sensei para que ella nos apruebe como Genin- La Uchiha se mostraba sonrojada y cohibida con un gracioso puchero mientras que la mano izquierda del Uzumaki le manoseaba descaradamente su estilizado trasero

- Entonces deberíamos organizarnos muy bien para tomar por sorpresa a Kurenai-sensei y que no pueda reaccionar- Himawari estaba alegremente ruborizada y con los ojos cerrados, emulando el gesto de un gato porque Naruto amasaba animoso sus generosos pechos.

El rubio estaba poniendo a prueba el condicionamiento sutil y paulatino al que ambas chiquillas habían sido sometidas durante años por la gordita Chouchou. Él le había indicado a la Akimichi las pautas para ambas y una de ellas era que tanto Sarada como la Hyuga se sintieran irresistiblemente atraídas por él y siempre estuvieran receptivas a lo que quisiera hacer con ellas.

Y la castaña se merecía una buena recompensa por hacer tan bien su trabajo, ya que ambas niñas se dejaban hacer como si no sucediera nada y asumiendo que era algo natural.

Ya después pensaría en eso, porque ahora que eran equipo Ninja, había llegado la hora de apoderarse por completo de las mentes de las bellas chicas dueñas de Doujutsu y continuar con sus planes para los eventos futuros…

- Bueno, Sara-chan, Hima-chan- El rubio se puso de pie e incitó a ambas a hacer lo mismo con suaves nalgadas -Tenemos que trabajar en nuestra coordinación como equipo…-

- Tienes razón, si nos coordinamos adecuadamente, atraparemos a Kurenai-sensei- La azabache se acomodó los lentes

- Es cierto, cuando hayamos practicado lo suficiente, Kurenai-sensei no sabrá ni qué la golpeó- Agregó decidida la risueña peliazul

- Muy bien…- El rubio dio un par de pasos al frente y luego media vuelta para quedar de frente a las dos chicas -¿Están dispuestas a recibir un entrenamiento especial?- Naruto sonrió suavemente.

Ambas niñas se voltearon a ver y luego sonrieron entusiastas…

Otra de las indicaciones que Chouchou había recibido para condicionar a sus amigas fue que las dos siempre fueran receptivas a cualquier cosa que el chicos les indicara y por ende, aceptar todo lo que Naruto les propusiera, porque todo el tiempo de condicionamiento había servido para insertar profundamente en su subconsciente la idea de que todo lo que le Uzumaki les propusiera sería lo mejor para ellas.

- De acuerdo- Sarada asintió suavemente -¿Qué tenemos que hacer?-

- Dinos, Naruto-kun- Himawari agregó sonriente -No importa lo que sea, daremos lo mejor de nosotras-

- No se preocupen… Solamente tienen que mirarme a los ojos…-

Las dos chicas obedecieron la indicación al instante y miraron con fascinación aquellos orbes zafiro, tan profundos como el mar… Y sin que pudieran ni intentaran impedirlo, pronto aquél azul cambio por un intenso carmesí como el de la sangre, atrapando sus miradas y replicándolo en seguida en sus ojos.

- Y ahora…- El Arma Definitiva notó cómo los cuerpos de ambas jovencitas quedaron rígidos y firmes, emulando una postura militar -Me pertenecen completamente y para siempre… Están bajo mi control total y harán lo que yo diga-

Uzumaki's Strongest WeaponWhere stories live. Discover now