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Tomás llevaba en el teléfono poco más de una hora, Matias se estaba cansando y decidió pagar la cuenta y salir del restaurante. El del septum ni siquiera lo había notado.
-Listo mati, perdón por tar...- y no pudo terminar la oración ya que vio que el menor ya no estaba.
Se sintió bastante mal por haberlo dejado tanto tiempo, por alguna razón solo deseaba ver al rubio feliz. Rió para sus adentros al pensar en alquel amargado chico feliz, pero su risa se convirtió en una sonrisa melancólica al recordar al chico del nostril.
Sacudió su cabeza y volvió a la realidad ni que te gustara Matías pensó.
Fue el último de los tres amigos en irse, obviamente, pero decidió irse a su casa.
Por otro lado Matías caminaba a paso lento, algo triste y solitario, sentía la brisa en su cara y cerró los ojos unos segundos No seas idiota, Tomas no es gay, nunca se va a fijar en vos, dijo molesto y entró al edificio donde se estaba quedando, listo para regañar a su mejor amiga por abandonarlo.

True loveWhere stories live. Discover now