Matias daba vueltas en la cama, sin poder conciliar el sueño. Decidio tomar su celular. Tenia varias notificaciones, pero una le llamó la atención.
Tomas le habia escrito. Miró la pantalla algo extrañado, pues aunque fueran mejores amigos el del septum no acostumbraba a enviarle mensajes.
De: Tomi.
Dormis?
Sinceramente no queria responderle, no después de lo que pasó en el restaurante, pero decidió hacerlo.
De: Matías.
Para: Tomi.
No, supongo que vos tampoco podés.
El menor espero varios minutos, pero jamás recibió una respuesta. Algo frustrado decidió irse a dormir.
Tomás estaba en un vaivén de pensamientos, no sabia que estaba haciendo. Soy patético se insultó mentalmente al darse cuenta de que estaba parado frente a la puerta de su ex novia, solo para tener una noche de acción y después hacer como si nada pasara. Pues lo sabia, en en fondo, en realidad no la amaba.
Toco la puerta y a los pocos segundos la pelirroja se asomó con una sonrisa ladeada, se abalanzó a sus brazos y lo besó con intensidad, enrollando sus piernas en las caderas del chico, quien entró a la casa sujetando fuertemente a la opuesta y cerrando la puerta detrás de el, sin dejar ver lo que iba a pasar.
Definitivamente, tenia la masculinidad fragil.
