K I M ~ 김

다른 쪽

El otro lado.

Seokjin caminaba por la avenida hacía su casa hace unos momentos su mejor amiga le había marcado para saber si podía ir a su casa y cuidar a su hijo.

Ahora caminaba lo más rápido que podía, pues momentos antes había ido un momento a su trabajo a dejar unos papeles.

Ya casi era verano.

Se detuvo en una esquina esperando a que el semáforo diera en verde para cruzar la calle, fue ahí cuando pensó en aquel chico que había conocido en la agencia.

Lindo y torpe.

Ese pensamiento apareció en su mente al recordar como el pobre chico fue regañado frente a él después de haberse presentado, una de las tantas veces que volvieron a verse.

Llevaba un año en esa agencia , esperando debutar en algún momento. De conocer al chico torpe llevaba no más de medio año.

Desde la primera vez que se lo encontró en la entrada, habían hablado algunas veces entre pasillos o en las prácticas de cantó.

Namjoon.

Así se llamaba el chico lindo y torpe.

Seokjin ya había intentado acercarse de manera romántica al joven chico, por qué era obvio que el era mayor. Pero de alguna forma era rechazado.

Al principio Seokjin no lo entendía, él que se había acercado primero había sido Namjoon pero nunca le aceptó una de sus propuestas.

Pero el lo entendió el día que se lo encontró en el autobús, cuando dejaría a su pequeño sobrino en la guardería.

Namjoon tenía un hijo.

Desde ahí Seokjin entendió porque siempre salía por unas cuantas horas para volver y terminar saliendo hasta tarde.

También tuvo una idea del porque no le aceptaba ni un cafe.

- Muévete. - se sobresalto un poco al sentir como lo empujaban levemente.

Tan metido estaba en sus cosas que olvidó donde se encontraba y a su amiga.

Sin tomarle importancia al empujón, empezó a caminar.

♡♡♡

El pequeño infante de casi 2 años jugaba en la sala con sus bloques.

Estaba tratando de hacer una torre, mientras tomaba un poco de leche de plátano de su biberón. Estaba tan concentrado en no tirar ninguna pieza que no prestaba atención al ruido que hacía su mamá que se paseaba de un lado a otro arreglándose y hablando con alguien por teléfono.

Ya casi acaba, podía sentir su gran logro tan cerca pues solo faltaba el bloque que tenía una banderita en la parte de en medio para culminar su gran hazaña.

Estaba apunto de hacer algo legendario -al menos para el pequeño así era-.

- ¡Ya llegué Hyuna!- ese grito junto el golpe de la puerta hizo que el pequeño golpeara en medio de su torre haciendo que está cayera lentamente ante sus ojos.