Capítulo ocho

11 4 2
                                    

No podía dejar de pensar en la complicada situación en la que me encontraba, porque por mucho que tratará de encontrar un sentido a lo que sucedía con Scott nada me resolvía el problema.

En vez de eso solo me demostraba lo más misterioso que él era y me obliga a preguntarme qué pasaba por su cabeza.

No me detuve ni un solo instante cuando regresé a mi remolque ni siquiera quise mirar el suyo, ya estaba cansada de tener que estar tratando de atrapar todo lo que él dispara al aire.

Al parecer yo también lo estaba volviendo loco y no solamente él a mí, pero que significaba que debía hacer ahora, no podía permitir que Scott entrará de esa manera a mi vida.

Era una batalla que sentía que estaba perdiendo y no importaba qué armas usará, todas eran insignificantes ante él.

Lave mi rostro varias veces antes de mirarme al espejo sobre el lavamanos. Solo podía ver mis ojos verdes en la penumbra por lo que los cerré unos segundos antes de sacarme con una toalla fucsia sobre la cama. No me importo que tuviera las piernas sucias por haber salido sin zapatos, porque cuando mi cabeza toca la almohada todo el cansancio me vence y caigo dormida en un instante.

§§§§§§§§§§§§§§§§§§

Me levanté tan temprano que no podía escuchar a los equipos de grabación siendo preparados por lo que me senté sobre la cama y me dejo llevar por la fresca brisa que entraba por la ventana. Todos mis pensamientos se desvanecen con la misma rapidez que tocaban mi mente por lo que tomo un vaso de agua que había traído anoche y me levanto de la cama para mirar por la ventana. Ahí estaba él otra vez sentado sobre el pequeño pasto que se extiende más allá de donde nos encontramos. Esta vez no estaba sentado sobre un coche e incluso ese auto había desaparecido y solo quedaba un débil árbol con las suficientes hojas para dar un poco de sombra. Seguía fumando mientras miraba directamente hacia la derecha.

Por lo que podía apreciar su perfil perfectamente diseñado a la distancia mientras el humo salía de su boca cada cierto tiempo. No me había puesto a pensar en que tal vez no tenga con quien hablar y es por lo que actúa de esa manera.

Eran demasiadas cosas que pasaban por mi mente y hasta cierto punto siento que me estoy volviendo loca con todo este asunto.

Dejo el vaso con agua sobre la mesa y salgo del remolque porque ya no soporto seguir viéndolo.

El director me había dicho ayer que hoy querían hacer una publicidad para la película por lo que tenía que llevar un gran vestido amarillo.

Azucena y Areli están en la cocina cuando salgo, pero inmediatamente que me ven se levanta y se dirigen hacia mí.

—Señorita Finn —me saludan ambas con sus trajes blancos.

Cuando les respondo el saludo nos dirigimos al espejo con focos mientras me comentan que una de las cámaras se dañaó esta mañana y las grabaciones seguirán en la tarde.

—Pero para la publicidad no es necesaria esa cámara —dice Azucena cuando me siento frente al espejo y Areli comienza a peinar mi cabello.

No hablamos de Scott hasta que estamos a punto de terminar el maquillaje.

—Lo vi salir muy temprano y aún no ha regresado —dice Azucena preocupada.

—El señor Eastwood no me agrada mucho —deja salir Areli y su amiga la mira indignada colocando los ojos en blanco.

Las miro a ambas un poco sorprendida mientras las veo tener una discusión en silencio.

—No quiere decir que no la ayude señorita solo que pienso que debe tener cuidado —continúa Areli un poco preocupada.

Sus palabras me hacen recordar cuando lo conocí y sentí esa misma sensación de peligro.

—Te entiendo —le digo con toda la sinceridad mientras me miro al espejo un poco distraída.

§§§§§§§§§§§§§§§§§§

Un pequeño equipo de grabación es trasladado un poco lejos de los remolques conmigo junto con el gran abanico que usaron para grabar la primera escena.

El director no me acompaña en este rodaje por lo que solo está un encargado de la cámara y otro del ventilador rodante.

—Párate frente del ventilador y déjate llevar ¿de acuerdo? —me dice el encargado de la cámara antes de hacer lo que me dice.

Él levanta la mano para hacer un conteo con sus dedos mientras el ventilador comienza a funcionar. El vestido amarillo que debía usar se levanta por la brisa mientras mi cabello se deja llevar por el viento.

Cierro los ojos antes de levantar los brazos por encima de mí cabeza para darle un toque más de realismo.

— ¿Puedes volver a hacer lo mismo? —me pide el encargado de la cámara con sus ojos negros antes de mover la cámara hacia otro ángulo.

Repito la escena tantas veces que el aire empieza a molestarme y para el final de la mañana estoy exhausta.

Scott solo me da un vistazo cuando me ve llegar con ese vestido amarillo, pero rápidamente me quita la mirada para que Azucena y Areli le arreglen el cabello.

Veo a azucena alzar los hombros confundida mientras se sonroja detrás de Scott. Al igual que él, no miro la escena muchos segundos antes de entrar a mi remolque para cambiarme.

El calor me estaba sofocante con ese vestido por lo que al ponerme la ropa de ayer me siento más relajada.

Cuando salgo continúan la escena que habíamos dejado ayer del encuentro de los personajes. Me siento en mi silla mientras veo la escena donde Scott habla con uno de los visitantes extranjeros acerca del potencial africano para las plantaciones de café.

Los veo detener la grabación para que el director se acerque a ellos dos y decirles algo antes de continuar.

—Prepare su escena señorita Rose —me dice el director mientras yo asiento con la cabeza.

La tengo grabada de memoria por lo que no es necesario que me lo diga, pero para no sonar grosera me quedo callada y abro el guion.

Pasan varios minutos más de lo esperado porque el director no se cansa de hacer cambios y al final terminamos sin poder grabar otra escena.

Ayer él tenía todo bajo control, pero ahora hasta yo puedo notar lo forzado que ha sido su interpretación.

Todo el equipo comienza a ser recogido mientras me despido de Areli y Azucena que se encuentran un poco inquietas.

Me giro para verlo hablar con el director en privado antes de darle una palmada en el hombro.

— ¿Estas bien? —le pregunto cuándo se ha acercado lo suficiente a mí.

—Si —responde todo seco y frío sin detenerse ni darme un vistazo.

§§§§§§§§§§§§§§§§§§

El insomnio ha causado que conozca a la perfección el techo de mi remolque y aunque sea en la oscuridad puedo identificarlo sin problemas. Me siento sobre la cama antes de mirar por la ventana.

Ahí estaba él en la penumbra cerca de ese árbol, pero no estaba fumando y lo único que estaba haciendo era viendo hacia mi dirección.

Me tiro hacia atrás por la impresión antes de acurrucarme con las sábanas.

¡Rayos! Pienso una y otra vez mientras miro impaciente la puerta.

Estoy segura de que me vio, me digo a mí misma sin dejar de mirar la puerta.

Solo es cuestión de minutos para que toque mi puerta y tenga que darle una explicación de mi espionaje, pero ninguna excusa es lo suficiente sólida y la desesperación comienza a inundar mis venas.

Siento como el tiempo marcha más lento y la desesperación se hace cada vezmás abrumante porque no puedo despegar los ojos de la puerta mientras mis oídostratan de prestar atención para escuchar sus pasos, pero al final no necesitoninguna excusa porque cuando despierto nunca nadie toco mi puerta.

Wildest dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora