#5: Bajo la nieve

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Maratón 3/3

—¿Y cómo has estado? —preguntó TaeHyung mientras caminábamos por el parque.

Sonreí evitando su mirada, intentando desviarme o encontrar una buena respuesta a esa pregunta desprevenida.

¿Que cómo había estado hasta entonces? Pues además de querer colgar a Min Ho de una cuerda, lanzar a mi madre por la borda y querer darle un tiro a mi propio manager, mi vida iba bastante bien.

Tenía dinero, tenía una casa, tenía fama... Sí, todo lo que nunca quise, pero al parecer el destino se esmeró por hacerme tener.

—Pues todo bien —sonreí ahorrándome los demás detalles—. ¿Y qué hay de tu vida?

—Oh todo bien... —respondió—. Sólo un poco... ya sabes, triste por enterarme luego de unas semanas que te habías ido a Nueva York y ni siquiera te habías despedido de mí.

Sonreí torcidamente mirándolo con ternura. Era cierto, por poco se me olvidaba que la última vez que nos vimos no tuve siquiera la decencia de despedirme correctamente, al menos aquella vez pasamos todo el día juntos y eso me tranquilizaba un poco la culpa.

—Lo siento —dije pasando un brazo mío por encima de sus hombros, atrayéndolo hacia mí—. No me pude despedir porque fue algo... imprevisto. Sólo quería irme, alejarme de... ya sabes quién —suspiré y él asintió—. Finalmente mi madre me ofreció irnos a Nueva York.

Volqué los ojos recordando los últimos dos años. Quizás haberme ido a Nueva York no había sido la mejor idea, en definitiva. Pero quién sabía, luego de pensarlo un poco, a veces no me arrepentía de haberlo hecho.

—Y así en Nueva York te convertiste en un modelo famoso —concluyó TaeHyung.

Volví mi brazo a su lugar correcto, dejando de abrazar a TaeHyung por encima de los hombros, y asentí con una pequeña sonrisa melancólica.

—Así es —afirmé—. Un modelo famoso, arrogante y vanidoso. Joder, TaeHyung, soy un asco —reí con ironía.

Era increíble cómo había cambiado esos últimos dos años por una simple agencia de modelos. Antes de irme a Nueva York era el chico inseguro, del corazón roto, invisible y completamente nerd. Ahora al verme al espejo era ver el reflejo de un chico vanidoso y "perfecto".

—No eres así —dijo él arqueando una ceja, sonriéndome con aquella adorable sonrisa que había extrañado tanto en América—. Eres dulce, alegre y hermoso, Jin —dijo acariciando mi mejilla. Ambos nos detuvimos al momento en el cual él hizo ese acto.

Eh... vale, empezaba a ser un momento bastante incómodo y apenas nos habíamos reencontrado.

—Hey —dijo él dejando viajar su mano desde mi rostro hasta mi cabello—. Te teñiste el cabello.

Reí levemente al notar cómo inspeccionaba mi cabello tan detalladamente, como si fuera lo más raro del mundo tener el cabello rubio.

—Hey —dije imitando lo que había dicho antes—. Deja mi hermosa y sexy cabellera en paz —reí con sarcasmo en lo último, provocando que TaeHyung riera volcando los ojos.

—De todas formas, ¿qué me cuentas? ¿Cómo se siente ser el enano feo entre todos los modelos hermosos y altos? —preguntó él rascando casualmente una de sus patillas. Yo fingí estar ofendido y le di un digno manotazo en el hombro.

—¿Qué te sucede? Yo soy hermoso y si me pongo botas con suela gruesa, querido, soy más que alto —dije pestañeando reiteradas veces, haciendo que TaeHyung soltará una sonora y contagiosa carcajada.

volando alto (VCEN2) •• n.jDonde viven las historias. Descúbrelo ahora