Wattpad Original
Te quedan 11 partes más de forma gratuita

Capítulo 3.

362K 20.4K 7.8K
                                    

MYKE WALKER.

La adrenalina de subir cada vez más la velocidad hasta que mi alrededor todo se desenfoca.

Me detengo en seco en la meta, la gente grita, estaban totalmente aterrados por mi vida en vez de por la suya, así es este mundo.

— Pensábamos que ibas a matarte. —Confiesa Kendo.

— ¿Y eso os preocupa? —Pregunto masticando chicle.

— Quieren conocerte, les interesas para esta mierda.

Acepto conocer a la persona que quiere conocerme, no pierdo ni gano nada, es un intermedio sin recompensa.

— ¿Es él? —Pregunta un pelirrojo musculoso y con cara de pocos amigos.

— La pregunta no es esa, la pregunta es ¿Quien coño eres tú y qué cojones quieres?

Suelta una carcajada, se acerca a mi y me aparto antes de que me ponga la mano en el hombro.

— No es muy amigable. —Le dice Kendo.

— Ya veo. Me parece un tío legal y con las cosas claras.

Lo miro de arriba a abajo, desafiante, desconfiado, siento que si me pone un dedo encima no dudaré en estamparle la cabeza contra el coche de carreras blanco de hay detrás de él.

— Esta noche tenemos una carrera y te quiero en mí equipo.

— Yo no trabajo para nadie, ni voy en equipos de nadie, soy mejor en solitario. —Aclaro.

— ¿De verdad? Tengo a los mejores en mi equipo, perderás una gran oportunidad.

— Mejor no te digo por donde me paso tus oportunidades. —Digo con el ceño fruncido.

Kendo pasa el brazo por mis hombros a pesar de que le dejé claro un millón de veces que las nuestras de cariño me dan arcadas.

— Quita o te juro que olvidaré quien eres. —advierto.

— Te estoy salvando de ti mismo. —Me Susurra.

El tío de delante nuestra nos mira aún esperando que yo le diga que si, que deseo participar con él en su equipo.

— Correré, pero lo haré solo.

— ¿Seguro? —Pregunta sacando un fajón de billetes de su bolsillo.

— No sabes cuanto. —Respondo escupiendo el chicle.

Me voy caminando con las manos metidas en mis bolsillos, Kendo se pone a mi derecha y me ofrece un cigarro.

— Eres grande tío, muy grande.

— ¿Por no aceptar?

— Te ha sacado un puto fajón de billetes de quinientos y tú ni te has inmutado. —Toso.

— Podría haberme sacado un millón que ni loco trabajo para un tío como ese, tiene una pinta de estafador que no puede con ella y prefiero ganarme el dinero por mi mismo.

— Has hecho bien.

— No vuelvas a ponerme el brazo encima. —Advierto.

—Bestia.

— ¿Te queda claro? —Preguntó serio.

— Si. —Responde encendiéndose el cigarro.

YULIMA TYLER.

Cuando las clases acaban el director nos echa una charla por habernos saltado una clase importante, mi padre nos recoge y nos exige explicaciones.

— Papá, era una clase sin importancia. —Insisto.

En los ojos de la bestia ® [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora