En los ojos de la bestia ® [01]

Capítulo 12.

YULIMA TYLER.

Janet pasa por su lado pero no le presta ni la mínima atención, sigue su camino con las manos metidas en sus bolsillos y bajo mi inconsciente mirada.

— ¿Me he perdido algo? —Pregunta riendo.

— Nada importante. —Respondo.

— Por tu cara no diría lo mismo.

Dirijo la mirada hacía ella cuando él se marcha en un lamborghini color negro acompañado del chico de las carreras, Kendo, si no recuerdo mal.

— Vamos antes de que mis padres noten que no estoy en la cama.

— Joder tía dime que ha pasado con bestia.

Pongo los ojos en blanco, ella se echa a reír y camina como una niña pequeña dando saltitos.

— Mejor dime tú que tanto hablabas con su amigo. —Se detiene.

— Nada, me estaba contando cómo hacía para llevar lo de las carreras solo y sin ayuda de nadie. —Asegura.

— Espero no llevarme ninguna sorpresa.

— Lo juro. —Levanta la mano inocente.

— Sabes que no creo en tu cara de no romper un plato ¿Verdad? —Le dejo claro mientras marco el número para pedir un taxi.

De repente aparece él con el coche, saca la mano y pide que nos acerquemos con el dedo índice.

— Ni de coña. —Le digo a Janet.

— Yuli. —Protesta ella— ¿Prefieres qué esperemos aquí a qué el taxi llegue? Nos podrían dar las dos de la mañana.

Ella se acerca y yo me acerco colocándome detrás. Myke me observa poniéndome extremadamente nerviosa y obligándome a colocarme detrás de Janet para evitar su mirada.

— ¿Os llevamos a algún sitio? —Pregunta Kendo.

— Si podéis acercarnos a casa de Yulima. —Encoge los hombros.

La agarro por la muñeca y estiro de ella alejándola hasta poder cagarme en ella sin que nadie nos escuche.

— ¿Eres tonta? No pienso permitir que ese.. —Lo miro— que él sepa donde vivo.

— ¿Por qué? No creo que tenga intenciones de secuestrarte o robar en tu casa.. un poco de pinta si que tiene pero no creo que sea un ladrón. —Bromea.

— No me gustan tus bromitas.

— Venga ¿Qué podemos perder? —Pregunta moviendo las cejas.

MYKE WALKER.

Quemo rueda para meterles prisa, no pienso seguir rogando, además, quiero tomarme unas copas y si siguen tardando en decidirse, se me quitarán las ganas.

Finalmente las dos se acercan, Yulima con mala cara se sube en el coche y cruza los brazos al sentarse en el asiento.

— Vaya.. la amargada de la noche. —Murmuro.

— Vaya.. el gilipollas de turno. —Dice en voz alta para que no la escuche solamente yo.

Arranco y acelero con la intención de asustarla un poco, pero lo único que consigo es que su cara sea mucho más larga.

— Oye ¿Por qué no tomamos unas copas? —Propone Kendo.

— Yuli. —La mira Janet.

— Mis padres van a notar que no estoy y la noche no acabará bien. —Dice negando con la cabeza.