Capítulo 57.

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MYKE WALKER.

No me ha escuchado y lo prefiero así. Solo necesitaba escuchar su dulce voz.

Cuelgo la llamada. Mi corazón late muy rápido y la voz de mi cabeza vuelve para atormentarme.

"Eres un débil. Me decepcionas Myke"

Me golpeo la cabeza varías veces.

"Drogarte te hace olvidar todo y tú insiste en hacer llamaditas con esa niña"

— Cierra la puta boca ¡Joder! —Grito.

"Deja que sea yo el que decida por ti. Nada de sentimientos, nada de dolor, tu corazón estará vacío ¿No suena genial?"

Paso la mano por mi nuca.

— Estaría bien. —Susurro. Es lo que más deseo, no sentir, apagar el sufrimiento y que todo deje de importarme.

"Vuelve a drogarte"

Luz entra con un café y un Brownie.

LUZ MÉNDEZ.

Me mira fijamente. Tiene un color entraño en los ojos, una mezcla de verde y rojo aterrorizador. Como si el bien y el mal estuvieran unidos dentro de él.

— No has comido nada. —Digo en voz baja.

— No quiero comer nada pero veo que no entiendes. —Dice serio. Su voz ronca me hace retroceder, hace que recuerde lo que ha sucedido hace apenas unas horas.

— Te va a enfermar.

— Me importa una mierda, quizás hasta me muero, estaría bien. —Niego con la cabeza.

— No.

— Vuelve al convento o vete a otro, no quiero que sigas cruzándote en mi camino.

— Quieres volver a drogarte ¿No? Claro. —Se pone en pie.

— Si, quiero drogarme, quiero olvidar a personas inútiles como tú. —Me dice siendo muy cruel.

— ¿También quieres olvidarla a ella? —Pregunto intentando entrar en su corazón para ablandarlo.

— Apártate.

— Tendrás que pasar por encima de mi.

Ríe. Agarra mi brazo con fuerza y me aparta tirándome en la cama.

— Como te atrevas a interponerte en mi camino te juro que perderé todo el control que estoy teniendo. —Advierte con tono amenazante.

— Eres un débil. —Le digo. Gira la cabeza y frunce el ceño— Podrías estar con la chica que amas pero no, estás intentando drogarte para olvidarla ¿Pero sabes qué? Por más que te drogues no conseguirás que el sentimiento desaparezca, que tus ganas de verla desaparezcan.

— ¿De verdad crees qué soy débil? —Pregunta acercándose y yo asiento con la cabeza respondiendo así su pregunta— Estoy alejándome de la única persona que me ha querido de verdad porque la bestia de mi interior quiere que la mate ¡Y tú me dices qué soy débil! Cuando estaba con ella tenía que dormir con un ojo abierto porque me asustaba despertar y verla muerta a mi lado, tú no sabes lo que es esto, no tienes ni idea. Si alguien ha sido débil en su vida has sido tú, no yo. —Empieza a reír. Es tan bipolar que asusta— Tú permitías que me dañaran, que me encerraran, que me golpearan para hacerme entrar en vereda ¡Tú! Mientras decías que me querías como un hijo permitías que me dañaran las veces que querían ¡Así que no me hables de debilidad! Porque tú no eres nadie para hacerlo.

— Si tengo que hacerte sentir gritándote cien veces que eres un débil lo haré.

— ¿Hacerme sentir? ¿De verdad quieres qué sienta? ¿Qué sufra por qué mis padres en vez de quererme me echaron de casa con seis años en medio de una tormenta y gritándole qué era una bestia? ¿Quieres qué sufra por qué ni siquiera puedo tener a la persona qué amo conmigo? ¡No te das cuenta! Si me drogo, sin actúo como si nada me doliera es porque me duele demasiado como para seguir sobrio en este mundo de mierda.

En los ojos de la bestia ® [01]Where stories live. Discover now