dos: el sendero

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— ¡Jaemin, lo juro que vi personas en esa casa, tenían una super camioneta que yo ni si quiera vendiendo un riñón tendría!— intentaba convencer al chico sentado en frente suyo que no paraba de jugar con su nintendo ds.

— Sabes que nunca te voy a creer hasta que lo vea yo mismo.— murmuró haciendo una bomba de chicle que rápidamente explotó, a la vez que tecleaba rápido los botones de la consola.

— Te lo juro Nana, había un omega que dios, ¡olía tan delicioso que mi olfato nunca se olvidará de esa frangancia a vainilla. ¡Con sólo olfatear un poco se sentía como probar el helado de crema sabor vainilla más delicioso del mundo!

Jaemin solo rodó los ojos y le dio pausa a su partida de mario kart.

— Los helados sabor a vainilla más deliciosos del mundo los vende mi papá en la tienda. Si realmente existiera ese tal omega su fragancia no superaría al sabor del helado por nada en el mundo.— comentó ya harto de todo lo que decía su amigo acerca del niño con olor a vainilla.

— Cómo sea.— rodó los ojos.— ¿Sabes lo que significa que estén habitando esa casa?

— No.— dijo Jaemin sentándose en el suelo al lado de su mejor amigo, estando al frente del ventilador por lo que su voz se escuchaba como la de un robot.

— ¡EL SENDERO, IMBÉCIL!— rápidamente se levantó del suelo un tanto enojado, pero Jaemin no podía tomarle en serio si sus calcetines eran impares y de colores muy extravagantes.

— ¿Por qué llevas esas calcetas?— su amigo lo miró más enojado tras aquella pregunta y respondió rojo como un tomate por la ira.

— No encontraba mis calcetines y agarré los de Wendy.

— Wow, que ingenioso, Mark Lee.— dijo con una sonrisa burlona.

— ¡BASTA!— gritó el alfa ya bastante enojado y de brazos cruzados.

— Oye, relájate, no es para tanto, continúa con lo que me decías.

Mark aún con brazos cruzados se volteó de espaldas para no verle la cara al tarado de su amigo.

Jaemin sin más que hacer se levantó del suelo y abrazó por detrás a Minhyung de forma muy cariñosa.

— Ya, perdón.

De manera inmediata el odio en Mark se había esfumado. Jaemin si que sabía como calmar al tonto alfa.

— ¿Recuerdas cuando éramos pequeños e irrumpimos aquella casa?— Jaemin asintió.— Te recuerdas de el sendero y aquel... no sabría como llamar lo que sea que vimos.

Jaemin suspiró.— Obvio que lo recuerdo, casi nos mata.— rio suavemente.

— Hey, no es gracioso.

— Pero si fue gracioso cuando te hicistes pipí en los pantalones.

— NA JAEMIN.— gritó fuertemente y se le abalanzó a Jaemin, cayendo los dos en la cama este y Mark quedando encima de él.

Mark tomó una almohada y empezó a pegarle con ella mientras que el menor hizo la misma acción. Lo que iba a ser una pelea entre alfas terminó siendo una divertida guerra de almohadas y risas por doquier.

Exhaustos los dos se acostaron entre risas en la cama.

Como si estuvieran sincronizados voltearon sus cabezas para verse el uno al otro, no podían parar de sonreír.

A Jaemin le hubiera gustado hacerse acercado más de Mark...

Y a Mark le hubiera gustado haber hecho aquello con el omega que solo conocía de vista...

vanilla; chensung; omegaverseWo Geschichten leben. Entdecke jetzt