tres: vivir en la colina

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Después de tragar aquel supresor caminó encima del cesped un tanto deprimido. Estaba cansado de ser un tonto omega con un olor que se podía oler a kilómetros de distancia. Pero debía ser positivo y sonreír, así fue como había nacido y tenía que aceptarse a si mismo.

Alzó su cabeza y sonrió al cielo.

— ESTAS VACACIONES VAN A SER PERFECTAS Y NADIE ME LO VA A IMPEDIR.— Gritó lo más fuerte que pudo, sin importarle las miradas raras de  hermanos y la sonrisa de su padre Kun al ver a su cachorrito ser positivo.

Chenle corrió hasta la entrada de la casa. Al entrar se sorprendió, todo estaba realmente ordenado y limpio, como si alguien hubiera ido y limpiado cada rincón de la casa dejándola impecable.

— Wow.— pronunció al llegar al amplio living. No se comparaba con su casa en la ciudad. Pero su aspecto tan clasico que lo hacía sentir muy cálido.

Tenía una chimenea para el invierno. Un sofá amplio y varios sillones, estanterías llenas de figuritas de porcelana que sentías que te observaban a cualquier lado que fueras... Tal vez luego Chenle las voltearia para no sentirse tan observado. También había una gran TV pantalla plana... de seguro que su papá la mandó a poner allí antes de llegar.

Corrió hasta el comedor. Había una gran mesa redonda de madera con un mantel naranja que combinaba con las paredes tapizadas blancas de la casa y toda la decoración en sí. También había una vitrina con hermosos platos de porcelana que parecían de gran valor. Sería mejor no correr por ese lugar si no quería que sucediera un accidente.

Al lado estaba la cocina. Tenía una estufa y horno, nevera y congelador también. Cajones llenos de utensilios de cocina y mesones. Era como cualquier cocina, el único detalle es que no era tan moderna.

Fue hasta las escaleras y subió con rapidez. Estaba tan emocionado, se sentía como recibir regalos de navidad, o que fuera su cumpleaños. Aunque Chenle tenía una familia rica y todo a su alcance, se emocionaba mucho por las cosas sencillas. No como sus hermanos que de seguro estan horrorizados por la casa.

Al terminar de subir las escaleras notó que podía ir a la izquierda o a la derecha. Miró a cada lado y escogió el derecho.

Los pasillos eran un tanto oscuros debido a la débil luz que transmitian los bombillos. Las paredes contaban con un tapiz blanco con franjas naranjas desgastadas, también colgaban unos cuadros de paisajes rurales. Habían varias puertas, pero no sabía cual abrir.

La primera habitación a la que entró era como un estudio. Tenía un escritorio, repisas llenas de libros y una ventana. Era una habitación muuuy aburrida.

Abrió la puerta que seguía esta y wow.

Era un cuarto enorme, había una cama matrimonial con un hermoso edredon amarillo, a cada lado tenía una mesita de noche con una lámpara. Era un lugar muy amplio, había un gran armario de madera donde guardar su ropa y varios estantes los cuales tenían muñecas y peluches viejos. Aunque lo que más llamó la atención de Wong fue el balcón. Separó las cortinas y abrió la puerta desplazable para asomarse y ver las hermosas vistas. Podía verse la carretera de la colina y gran parte de el pueblo. Todo era extremadamente bonito.

Chenle se lanzó a la cama y suspiró contento. Esa sería su habitación. Tal vez podría tomar un pequeño descanso del tour que hizo por la casa. Cerró sus ojitos y en cuestión de segundos ya estaba dormido.

Una hora después Chenle despertó de su necesitada siesta. Estiró sus brazos y piernas para espabilarse y lograr terminar de despertar. Su cabello estaba todo despeinado, y sin darse cuenta de ese detalle salió se su habitación hasta la sala en donde su papá Kun miraba la televisión.

vanilla; chensung; omegaverseWhere stories live. Discover now