Kate

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Kate, joven de 23 años, amante fiel a las letras y a la buena poesía. Chica carismática de esas que enamoran con su voz; dedicada a la locución lo cual hacía que su don innato estuviera a su favor. No era muy alta, lo cual le hacía pasar desapercibida las veces que quisiera, acostumbraba a usar suéter así no fuera invierno; su ropa bastante holgada, sus típicas converse negras, como quién tuviera 100 pares de zapatos iguales; con ante ojos grandes y rostro pequeño entre cubierto un poco con una parte de su cabello y la otra con algún gorro o su capucha. Su caminar era bastante pausado, como si nunca tuviera prisa. Todo eso era ella.

Sin embargo, Kate mantenía un pasado oscuro, no era del todo humana como físicamente se le podía ver. Ella había venido de otra vida alterna, para tratar de vivir una con normalidad en la monotonía de la ciudad... de esa ciudad donde los mortales corren de un lado a otro para llegar a tiempo a su destino, de esas dónde el trafico te consume y la mala vibra y el estrés de las personas inevitablemente te contagian. 

Dentro de todo ese colapso sistemático de aquella selva de concreto, Kate se encontraba sola, nadie sabía si tenía familiares o amigos, siquiera se sospechaba si los llegó a tener alguna vez. Cuando establecía una conversación con alguien, ella, al siguiente día, evitaba repetirla; de algún modo trataba no hacer que las personas fueran parte de su vida.  No muchos la entendía, casi nadie al decir verdad, - ¿cómo podía ser tan extrovertida durante la radio, pero ser tan asocial con las personas?  (se preguntaban todos). 

En ocasiones, durante sus noches, Kate dormía y algo de ella (llamemos alma) podía salir y viajar libremente por universos alternos. Se podría definir eso como un privilegio o tal vez como su propio tormento. Habitualmente prefería no dormir porque entre esas travesías dejaba un poco de sí sin poder siquiera evitarlo.  Su poder, si así se le puede llamar, al parecer era algo hereditario. No era como tener simples pesadillas, era mucho más que eso; se trataba de ir desgastando su vida tras cada odisea. 

Técnicamente esa era la vida de Kate, una alma viajera, no tan humana tratando de ser una simple mortal. Sin embargo, tras evitar tantos viajes, llegará uno del que más adelante no podrá escapar. Mientras tanto ella seguirá viviendo.  

Tú tan Luna, yo tan LobaWhere stories live. Discover now