Capítulo 18

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Los días habían pasado y era finalmente el cumpleaños dieciséis de Michael.

No precisamente feliz.

Nunca había sido la gran cosa para él, sólo le gustaba comer pastel y aislarse en el bosque con sus amigos (si es que algunas vez iba alguien más aparte de Chris); odiaba que lo llamaran para felicitarlo, así que apagaba su celular todo ese día; odiaba el interés fingido, pero no era para tanto, no tenía más familia así que sólo debía aguantar que lo felicitaran en la escuela, pero no estaba yendo a la escuela de todas maneras... Su madre lo dejó faltar porque era su cumpleaños y porque no sabía que hacía un mes que no iba a clases.

Despertó casi al mediodía, Arthur estaba junto a él, lo felicitó y le dio un beso en la mejilla que Michael aceptó, ya le daba igual. Bajó, su madre y su hermana lo abrazaron, le dieron un pastel y le cantaron el cumpleaños.

Casi no tocó el pastel, ese día no estaba de humor...

Nada más pasó.

...

Chris despertó ese día en la mañana, se sentía ligeramente menos mal que antes.

Hacía días que se debatía qué hacer en el cumpleaños de Michael. ¿Llamarlo? ¿Ir a verlo? ¿Regalarle algo? ¿No hacer nada, actuar indiferente?...

No, sabía que Michael apagaba su celular; además hacía mucho tiempo que no respondía sus llamadas, mucho menos lo haría hoy. No le regalaría nada tampoco, no creyó que valiera la pena, tal vez no aceptaría nada... optó por ir a verlo.

Se levantó de la cama tras meditarlo un poco más, se vistió y salió antes que de alguien lo notara.

Las manos le sudaban de los nervios mientras caminaba por las calles, el clima estaba frío y nublado, esperaba que lloviera, le gustaba la lluvia, igual que a Michael; Jesse la odiaba.

No sabía qué mierda estaba haciendo, ya estaba harto de ese juego, no sabía cuánto más tiempo seguiría así, sin aceptar que estaba fuera de la vida del menor; pero no dejaba de amarlo, no se imaginaba de otra manera que no fuera... con él.

Se sentía tan patético que casi le rogaba a Jesse que lo hiciera sentir estúpido. Ya no aguantaba.

Tal vez esa sería la última vez que buscaría a Michael.

Llegó a casa del rubio y lo atendió su madre, hacía tiempo que no la veía. No se veía precisamente feliz de verlo y no le devolvió la sonrisa ni el saludo que el adolescente le dio; Chris siempre era amable con todos, pero sabía que no le agradaba a la mujer.

—Buenos días —sonrió—, ¿está Michael? ¿Podría verlo?

—¿No vas a la escuela? —preguntó la mujer despectivamente.

—Hoy no, me sentí un poco enfermo... —y no quería pasar el cumpleaños de Michael en la escuela... sin Michael.

Michael había estado faltando muchísimo, llevaba un mes y unos días sin ir —desde la vez que rompió su poema en pedazos—, los profesores le habían preguntado insistentemente y sólo le pedían que le pasara la tarea; cosa que no había hecho porque, cuando lo intentó, Michael le dijo que no era necesario, que ya se pondría al corriente. No quiso que lo rechazara de nuevo así que dejó de intentar llevarle apuntes.

Era una pena, habían manifestado varios profesores, Michael tenía el mejor promedio de su año, era uno de los mejores de toda la escuela, sino es que el mejor. Siempre que le pedían dar discursos o cosas así se ponía muy nervioso y prefería no hacerlo, pero ya estaba dicho que daría uno sí o sí el día de su acto de graduación... Chris esperaba que ese plan siguiera en pie.

Pétalos [gay]Where stories live. Discover now