Final alternativo

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Le quiero dedicar este capítulo a abril523 y a Blurryfriend22 por el apoyo. Los amo ❤️

—Michael, para, ahora... —repetía Arthur con voz calmada.

Michael simplemente no dejaba de llorar, no hablaba ni hacía movimientos, sólo temblaba con la pistola en su frente.

Arthur no quería eso, no quería que Michael muriera, prefería sólo irse pero el rubio no lo escuchaba, estaba empecinado en que iba a hacerlo, y si el fantasma se acercaba realmente lo haría.

Arthur supo que todo acabaría ahí cuando lo vio poner su dedo en el gatillo. Todo su cuerpo temblaba, pero el disparo sería letal.

—¡Michael! ¡Michael! —se empezó a escuchar cerca.

Michael abrió sus ojos grandes y empezó a mirar a los lados.

¿Era...?

—¿Chris? —murmuró el menor.

Volteó a buscar a Arthur con la mirada, pero ya no estaba, al igual que su diario.

No estaba.

Volvió a temblar con la pistola puesta en su sien, ignorando los llamados cada vez más audibles de Chris.

¿Era Chris? No, no podía ser, debía ser Arthur tratando de distraerlo, conocía sus juegos y no podía estar más asustado.

—¡Cállate, voy a hacerlo! —comenzó a gritar al aire.

—Michael, ¿dónde estás? —habló el castaño entre los árboles—. ¡Michael!

Y apareció, siguió la luz de la fogata y vio a su Michael envuelto entre frazadas, frunciendo los ojos y apuntándose con un arma.

—¡Michael, no! —corrió hacia él y apenas le dio tiempo de abrir los ojos para cuando Chris se le abalanzó, haciendo que soltara la pistola.

Michael quedó estático, sentía por completo el tacto del mayor y estaba brindándoles calor corporal, cosas que Arthur no podía hacer...

¿Era Chris?

—¿Michael? —Chris sostuvo su rostro, haciendo que lo mirara, estaba pálido, con los ojos rojos y frío, muy frío—. Estás temblando, te estás congelando.

—Hace f-frío —logró pronunciar Michael, casi para sí mismo.

¿Qué estaba pasando?

—¿Quieres ir a la tienda? Vamos... —le dijo levantándose, tratando de hacer que el otro se levantara.

Apenas logró que se parara, sus rodillas temblaban y casi tenía que cargarlo, pero hizo que entrara a la tienda.

Recogió las frazadas y miró por última vez la pistola tirada en la tierra, Chris también temblaba.

Entró a la tienda y la cerró sólo para encontrar a Michael acurrucado en una esquina, tomó los mantos rápidamente y se cubrió; se encogió cuando Chris intentó acercarse.

—Aléjate, no te acerques —le pidió tiritando.

—Oye, soy yo... —trató de explicar volviendo a acercarse.

—No, no... —empezó Michael en murmullos cuando Chris estuvo frente a él, tratando de tocarlo, trató de empujarlo varias veces, pero el castaño sostuvo sus manos.

—¡Soy yo, no te voy a hacer daño! —le gritó en cuanto Michael comenzó a pelear contra su agarre.

—¡No! ¡No te creo, no eres real! —repetía el rubio.

Pétalos [gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora