Capitulo 33

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Llego el día de la boda y el cuerpo de Ana estaba completamente nervios. Cada molécula, estaba en su máxima expresión de nervios, haciendo que ella no estuviera quieta. Rose estaba conteniendo las ganas de reírse. Era como una niña pequeña, a punto de recibir un regalo esperado. Con cuidado y unos cuantos regaños, le hizo un peinado sencillo. Tomo su cabello en una trenza grande. A diferencia de su otra hija, Ana tenía el pelo más largo, más grueso y más abundante. No había tenido problemas en hacerle ningún peinado sofisticado pero, no le hubiera quedado a su hija. Ella es lo más sencillo que pueda haber.

-debes de quedarte quieta. Estas haciendo un agujero en el suelo- le dijo y Ana frunció el ceño.

-es que estoy nerviosa. Jamás pensé en casarme en este momento. Estaba esperando tener algo más fijo, alguna seguridad y luego encontrar al hombre de mis sueños y luego un noviazgo de un año, para luego tener la boda de mis sueños pero, todo eso cambio. Y ahora tengo que luchar contra las barreras de Cristian para poder llegar a su corazón- dijo Ana mientras se miraba en el espejo y se arreglaba las cejas.

-Cristian te quiere. Lo que pasa es que los hombres son lentos de entendimiento o les cuenta hablar del tema porque se cohíben. Es normal. Al final a las mujeres nos toca incentivar esa parte. Creo que en la noche de bodas, puedes lograr que ese hombre te diga que te ama- Rose miro para otro lado para no reírse de la cara de Ana. Tenía la boca abierta y las mejillas sonrojadas.

-¡Ni siquiera hablamos de la noche de bodas! ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¡Oh, Dios, hora estoy más nerviosa que antes!- Ana se sentó en la cama y respiro profundamente. Cuando habían hablado del matrimonio nunca habían tocado ese tema y ahora que lo pensaba mejor, no estaba preparada para tener relaciones, ya que no estaba protegida y mentalmente no lo estaba.

-tranquila, cariño. No deberías pensar en algo que aún no pasa. Además, si no estás lista para noche de bodas, él no te puede obligar. Si tienes dudas, es mejor hablar las cosas y explicarle. Yo creo que tu cuerpo ha experimentado el placer de un beso y si solo ocurre eso con un simple contacto de labio a labio, imagínate lo que ocurrirá cuando sea cuerpo a cuerpo- Rose miro detalladamente la reacción de Ana. Ella frunció el ceño y mordió su labio inferior. El cerebro de Ana estaba completamente confundido pero, además, su cuerpo se estaba comportando de una manera distinta. Algo en la parte baja de su vientre, se contrajo, haciendo que diera un respingón.

-no lo sé. Quería seducir a Cristian pero, no estaba segura de que íbamos a llegar al sexo- las mejillas de Ana se tornaron rojas cuando dejo la última palabra.

-supongo que después de esta boda, tendremos que ir a ver a un médico para que te recomiende algún método anticonceptivo. A no ser que quieras tomar la píldora y no correr riesgos pero, debes de tener en cuenta que por lo menos se necesita como un mes para regularizar tu ciclo. Si no quieres ser madre ahora, lo mejor es utilizar condones. Aunque a los hombres no le gustan usar esas cosas- Rose lo sabía por experiencia propia. Renant odiaba esas cosas y cuando estuvieron al comienzo de su relación, ella tuvo que buscar el método para no quedar embarazada tan rápido. Aunque si hubiera sabido las consecuencias de esos procedimientos, no hubiera hecho nada.

-no estoy segura de querer meter en mi cuerpo esa cantidad gigante de hormonas. Mi periodo es regular y constante. Además, esas cosas tienden a subir de peso y me gusta mi cuerpo como es. He oído tantas cosas sobre las hormonas- dijo Ana. Le tenía pánico y al final del día, no le gustaban.

-buscaremos lo mejor para ti. Ahora, Renant me acaba de mandar un mensaje para decirme que ya está todo listos y que los invitados ya llegaron y el juez también. El juez que hará la ceremonia es un conocido y nos va a guardar el silencio sobre tu identidad y los invitados, son policías amigos de mi esposo y de Cristian. Así que más segura no podrías estar- Ana asintió con la cabeza y respiro profundo. Era su momento, era el momento en que se convertiría en la mujer de alguien que la quería cuidar. Cogió en sus manos el arreglo de calas para ver si le dejaba de temblar las manos, pero no sirvió.

Guardián de mi corazón: Christian y AnastasiaWhere stories live. Discover now