NO ES REAL

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Las palabras de Julia explicándome lo que ha pasado retumban en mi cabeza como si fueran un martillo golpeándome con fuerza. Llega un momento en el que dejo de escucharla, solo oigo el latido de mi corazón y voces apagadas de fondo. Me muevo nerviosas sin saber qué hacer, y en cuanto reacciono salgo corriendo hacia mi coche para ir al hospital. Julia me frena, me dice que no me dejará conducir así, que vamos en el coche patrulla con el que ha venido, y yo acepto con la condición de que conduzca rápido. Agradezco su manía compulsiva por tener siempre un botellín de agua, así puedo tomarme la pastilla por el camino.

No sé cómo está Nat, solo sé que la han apuñalado, solo sé que estaba también Pablo, y que lo hirieron a él también. No tardamos demasiado en llegar, pero me da tiempo a plantearme lo peor.

Lo último que hice fue mentirla.

Nunca me había sentido tan miserable.

Al llegar, salgo corriendo hacia la puerta de urgencias mientras Julia se queda aparcando. Cuando entro miro a los lados desesperada, en busca de alguien que pueda ayudarme. Pregunto en recepción, y no quieren decirme donde está por no sé qué mierda de protección de datos. Yo me pongo el triple de nerviosa, le digo que es mi novia. Me dice que no, que me ponga en contacto con alguien que esté ya con ella. Dios, no tengo el número de ninguno de sus amigos.

- Sólo necesito saber cómo está, por favor – suplico aunque sé que no servirá de nada

Oigo a alguien decir mi nombre detrás de mí, y me encuentro a África cuando me giro. Tiene los ojos hinchados de llorar. Me acerco a paso ligero, y ella habla antes de que me dé tiempo a decir nada.

- Están operando de urgencia a Natalia

Balbuceo, quiero más información, pero me quedo en blanco. Necesito saber más, necesito que alguien me diga que se va a poner bien.

- Nos han dicho que nos avisarán en cuanto termine la operación

Asiento temblorosa, y por fin consigo sacar las primeras palabras.

- ¿Y Pablo?

En cuanto pronuncio ese nombre, un sollozo ahogado sale de la morena, que niega repetidas veces con la cabeza. Ese gento me lo dice todo. Sólo me sale abrazarla, y ella se deja aunque no corresponde. Sólo llora derrotada.

- Iba a ser padre – dice entre llantos

- Lo sé...

- No es justo

- ¿Cómo está María?

- Pues imagínate Alba, yo ya no sé qué hacer. Estaba con ella pero he tenido que salir de allí porque no podía más. Esto es demasiado, teníamos que haber parado de robar cuando empezó a pasar.

- Ei, ahora no te lamentes por eso ¿vale? No sirve de nada

Intento transmitir tranquilidad, pero intentar calmar a alguien cuando estás como un flan no es nada efectivo. Julia llega y vamos con África a la sala de espera donde vendrán a darnos noticias sobre Natalia. María está sentada en el suelo a pesar de las numerosas sillas libres. Tiene la mirada perdida, totalmente inexpresiva, como si la vida de sus ojos se hubiera ido junto con la de Pablo. Damion está a su lado, pero aquí nadie dice una palabra. Yo decido que es mejor no romper ese silencio, asique me siento en una de las sillas, con Julia a mi lado, y espero con impaciencia. Los minutos pasan lentos, Julia posa su mano en mi rodilla que no ha parado ni un segundo de moverse nerviosa. Al cabo de un rato miro el reloj, para comprobar que llevo más de una hora aquí sentada.

ANTES DE MORIRME \\ AlbaliaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora