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Supongo que me gustó la forma en que adormeciste el dolor. Ahora el día sangra hasta el anochecer.

Una semana y media había transcurrido desde el horrible susto que le había tocado vivir a la Talía

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Una semana y media había transcurrido desde el horrible susto que le había tocado vivir a la Talía. Un jodido susto que también me tocó pasar a mí al pensar que había sido baleada junto al rubio amigo del Matías.

No podía dejar de darle vueltas al asunto ahora que ambas estábamos en su casa frente al televisor viendo una película en Netflix. La Talía estaba sobre mi estómago re cómoda mientras yo intentaba responderle unos whatsapps a mi mamá. Ella insistía en que me fuera a pasar todas mis vacaciones a Conce, tal como había hecho mi prima este año -obviamente se fue con el Andy sino nica se queda allá-, sin embargo yo no deseaba volver bajo esa modalidad. Quería seguir como siempre: irme el último mes a pasarlo con ellos. Tenía que juntar un poco de plata y sí me iba a Conce no iba hacerlo. 

—Odio que pongan escenas de sexo tan fingidas en estas hueas. —Dijo la rubia pendiente de la tele.

Me fijé en las imágenes y comprobé que estaban pasando una escena bastante mala donde la protagonista estaba siendo empujada desde atrás por el hueón, simulando tirar. No se veía absolutamente nada y los gemidos eran demasiado fingidos.

Me reí dejando mi celular a un lado de la cama.

—¿Y que querías, Tali? ¿Qué el hueón salga haciéndose una paja y la mina le ponga las tetas?

—Mínimo. Pa' deleitarme con la carita de placer de semejante belleza.
—Bromeó, refiriéndose al protagonista. La película culia era tan mala que creo que solo la veíamos por él.

Negué con una risita. De pronto, los pensamientos que no he podido ignorar volvieron a atacarme de manera agresiva. Simplemente lo solté:

—¿Has... has hablado con el Felipe?

El cuerpo entero de la rubia se tensó. Se levantó de mi estómago, incorporándose de manera rápida en la cama y me miró.

—Samy, no quiero hablar de esa huea. Ya te lo dije.

Tenía razón. Ella ya me lo había dicho. Después de todo lo sucedido la Talía despertó de la inconsciencia pidiendo explicaciones a viva voz, y de manera automática el Felipe y el Matías le dieron la luz informándole los detalles de lo ocurrido, y de cierta manera de la vida que los rodeaba. Ella no quiso hablar más después de eso. Me tomó la mano, pidiéndome largarnos. El Felipe se desesperó. Busco de mil maneras hablar con ella, pero se negó. A la fecha no sabía si había logrado tener una conversación con la Talía porque cada vez que sacaba el tema me ignoraba o me decía que lo pasáramos. Ni siquiera me decía que chucha pensaba de la vida que ellos tenían. Le di su tiempo porque creía que aun necesitaba procesarlo.

—Pero...

—¡Sin peros, hueona! —Me gritó, abriendo los ojos de manera exagerada. Incluso sus manos comenzaron a temblar. —¡No quiero sobrellevar esta huea! No quiero saber más de la vida que el Felipe lleva. Quiero alejarme de eso. ¡Y tú deberías hacer lo mismo, Samantha! ¡Aléjate de ese hueón del Matías! Porque no te traerá nada bueno.

UN HUEÓN PELIGROSO (+21)Where stories live. Discover now