24| El Valor De Las Personas

2.3K 167 33
                                    

Rose Collins.

No teníamos tiempo para debatir ni accionar, sólo sabíamos que debíamos enfrentarnos a las consecuencias de nuestros actos. Nuestras miradas pasaron de Jackson a los demás quienes comenzaban a impacientarse, el primero en inclinarse hacia la puerta fue Eros, por instinto, los cuatro soltamos un chillido. El castaño nos miró sobre su hombro como si fuéramos un grupo de idiotas y tal vez lo éramos.

— Bajaré a hablar con ellos, ustedes esperen aquí.— advirtió pasando la mirada por cada uno de nosotros.— Se mueven y los mato.

— Oh, hermoso discurso de liderazgo pero no podemos dejarte solo.— habló Sean a lo que asentimos.

— Estamos todos o ninguno.— aportó Foster tomando la manija de la puerta.

— Somos un equipo, incluso en este tipo de situaciones nos defenderemos entre nosotros.

— Así es, no te dejaremos solo.— finalicé dándole la razón a los chicos quienes sonrieron.

Eros soltó una media sonrisa que me inquietó lo suficiente como para sonrojarme, Sean me golpeó suavemente con su codo y lo miré mal a lo que rió. Los chicos nos observaron por unos segundos como si esperaran que dijéramos algo más, sin embargo, Jackson tocó la ventanilla salvándonos de la pésima situación.

— ¿Piensan bajar o seguirán calentando los asientos?

— Papá...— murmuró Sean intimidado y rodé los ojos.

— Ya vamos, lo siento.— respondí abriendo la puerta para bajar, la diferencia de altura entre el hombre y yo fue más que notoria.— Hola, tío Jackie.

— Oh preciosa, no me halagues porque ni yo puedo salvarte de la furia de tus padres.— dijo sonriendo y su expresión se transformó cuando vio a Sean.— Ven aquí mismo, tenemos mucho de que hablar, hijo estúpido.

— Debo admitir que extrañaba tus apodos.— ironizó el pelinegro ganándose una mala mirada por parte de su padre.— Lo siento, te sigo.

Sean agachó la cabeza como un perrito asustado frente a sus padres, me percaté que Jackson pasó su brazo por los hombros de mi amigo pero no hizo fuerza ni nada por el estilo. Aunque quisiera intimidarlo y mostrarse como un padre autoritario, se notaba que su hijo era un punto débil en su corazón. Jackson como padre era algo divertido de ver, sobre todo cuando se ponía empalagoso y corría a Sean para llenarlo de besos.

Volví mi atención al frente para ver a los demás, Samantha se acercó corriendo a Ryan para abrazarlo y Pierce se limitó a mirarlo de pies a cabeza desde lejos con cara de pocos amigos. Por primera vez, el rubio se mantuvo callado sin soltar alguno de sus estúpidos chistes y lo adherí a la intimidante presencia de su padre. La mujer se apartó para mirarlo directo a los ojos, la similitud entre ambos era impresionante y a la vez hermosa.

— Oh Dios mío, te dije que no te expongas al peligro de esa forma.— lo regañó y me tensé.— Lo importante es que estás a salvo, todos lo están.

— No dramatic...— Pierce interrumpió a Ryan.

— Tu madre no está exagerando nada, eres un idiota y ya.— soltó el hombre a lo que abrí la boca sorprendida.— Pero más tarde hablaremos de eso, por ahora, me alegra verte entero.

Pequeño Demonio: Enamórame ✔Onde histórias criam vida. Descubra agora