01 - Luz vs oscuridad

12 2 0
                                    



Esa mañana me desperté con la sensación de haber pasado por esta situación mil veces. La oscuridad de mi entorno seguía tan llena de sombras como la última vez. Ella estaba ahí como siempre, nunca se mostraba molesta. Aunque yo sabía que no todo estaba bien, y eso ponía en riesgo mi existencia. A veces la oía llorar cuando pensaba que dormía, pero no podía dormir si ella estaba triste. No podía ignorar que nuestro mundo se venía abajo y lo peor es que yo no podía hacer nada para evitarlo. Noche a noche la sentía rodeándome con sus brazos, instándome a no abandonarla. Ella me pedía que le devolviera el abrazo, algo que yo no podía hacer. No porque no quisiera, sino porque simplemente no sabía cómo.
En ocasiones me decía lo mucho que me quería, me hablaba de todas las cosas que tenía planeadas para mí y me preguntaba ¿por qué me elegiste a mí? Tantas veces me dijo que no podía hacerlo, que no sabía cómo tratar conmigo, que comencé poco a poco a encerrarme en mi oscuridad. Trate de no ser una molestia pero el tiempo a su lado se me hacía cada vez más corto, los momentos en que me hablaba con un tono triste tenía ganas de decirle que ya no se preocupara más por mí.
Una noche casi acabo con todo de una vez, sentí mis parpados como se cerraban para no abrirse nunca más. Pero eso no ocurrió ¿Saben por qué? Porque ahí estaba ella, como siempre. Con sus alas me salvo antes de que todo acabara y me prometió que no me volviera a causar daño. Pero en realidad no sé porque dijo eso si ambos sabíamos que yo era el único culpable. Yo quería morir pero fue su amor el que me salvo y a partir de ahí supe que estábamos destinados el uno para el otro.
"te amo" me decía esa mañana lluviosa, haciendo eco de mis pensamientos. Y en algún lugar de mi alma sentí que ya no volvería a oírla de ese modo.
Habíamos soportado tantas cosas juntos no podía defraudarla justo ahora. Pero les juro que tenía mucho miedo. Si, miedo a lo desconocido, miedo a tener que abandonar la seguridad que me daba la oscuridad. No sabía que ocurriría una vez que me atreviera a alcanzar aquella luz, no sabía si habría algo esperándome más allá y no quería pensar que si abandonaba esa incertidumbre también la abandonaría a ella.
El dolor era insoportable y la agonía parecía interminable, quería acabar con todo de una vez, quería ser el héroe de su historia. Aunque debo confesar que me gustaría al menos ver su sonrisa, ver sus ojos o siquiera darle un primer y último abrazo. Pero si al cruzar la luz todo terminara, al menos me conformaría sabiendo que ella así lo deseaba.
Intente un "te amo" final gritando desde lo más profundo de mi alma, pero la voz se terminó atorando en mi garganta, la respiración se me dificulto y los latidos de mi corazón se aceleraron a ritmos inimaginables. Allí voy, pensé con un último suspiro de derrota. La luz me cegó, el cuerpo se me estrujo y mis parpados cayeron vencidos por la necesidad de mantenerse en la oscuridad.
A mí alrededor escucho distintos sonidos, no logro distinguir nada, solo voces extrañas. Intento tomar algo con mis manos, reclamar atención y pedir a alguien ayuda, pero todos mis sentidos se ven confundidos. La gente que me rodea me dice cosas que no logro comprender, me tocan, me hablan, me miran desde todo ángulo. Es peor de lo que esperaba, del otro lado de la luz me aguardaba un caos mayor que el anterior. Las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas, mientras me sacudo inútilmente intentando liberarme de aquellos extraños. No veo, no me oigo, ni siquiera puedo pensar con claridad ¿Dónde está ella? ¿La habré perdido para siempre? Me pregunte.
Deseo volver el tiempo atrás, justo a la mañana de ese mismo día. Me hubiese gustado decirle tantas cosas, demostrarle que necesitaba de su ayuda nuevamente y que la quería cerca de mí para toda la vida. En el siguiente instante siento que algo me roza la mejilla, abro los ojos incluso sabiendo que esto me lastima la vista. Una sombra dorada me mantiene muy cerca de su cuerpo, se mueve lentamente casi como temiendo causarme daño alguno. La observo y sin ser capaz de ver con claridad puedo deducir que en su rostro hay unos ojos hermosos. Mi alma la reconoce y a pesar de nunca haberla visto antes, es su voz, es su tacto, es ella y me tiene en sus brazos.
Bienvenido al mundo, hijo. Te estaba esperando y yo a ti quise decirle pero a veces las palabras están de más.
Parece que ese mundo del que ella habla tiene algo bueno después de todo; la tiene a ella.
Cuando temí que mi vida llegaba a su final, descubrí que solo era un nuevo amanecer. Mi alma había vivido tantas vidas antes que ya comprendía la importancia de volver a nacer.
Era el inicio de nuestro tiempo juntos y ya nada nos volvería a lastimar a ninguno de los dos. Estaba decidido a ser el héroe de mi madre.



Un millón de millasحيث تعيش القصص. اكتشف الآن