PROLOGO

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Fantasear es sencillo, solo hay que dejar correr la imaginación. Así, imaginando otras realidades, podemos vivir experiencias de todo tipo. Eso sí, en la mente. Podemos ser capaces de dejarnos llevar por nuestros pensamientos eróticos y entrelazar mente, cuerpo y emociones, pudiendo vivir experiencias tremendamente placenteras.

Todas las mujeres tienen , pero la mayoría no las comparte con su pareja por pudor o porque no ha visto el momento adecuado. Tampoco están seguras de querer llevar a cabo esa experiencia con la persona con la que se acuestan. Lo bello de la fantasía es que no es realidad, sólo imaginación.

Las fantasías sexuales te permiten escapar de tu realidad, aunque sea por un momento, vivir una experiencia que será única y quedará en tu memoria como un bello, sexy e intenso recuerdo.

Mientras fantaseamos, en la imaginación no existen las consecuencias que pudiera tener esa acción en la realidad. Tampoco vamos a ser juzgados. Podemos imaginar que realizamos una práctica sexual con absoluta libertad.

Las fantasías, a su vez, también pueden ser causa de conflictos internos, incluso si no llegan a materializarse. A algunas personas, ciertas fantasías les pueden generar malestar porque les provocan una gran excitación y consideran que no deben permitirse ese tipo de imágenes ya que se consideran pervertidas. Hay que recordar que la perversión esta en los ojos de quien mira. Independientemente de cómo nos alteren o nos ayuden, está claro que tenemos unas mentes eróticamente hiperactivas y nos gusta fantasear con sexo.

Tú creas las fantasías a partir de muchas cosas, pero en cualquier caso, sea lo que sea lo que pensemos, en nuestra imaginación todo vale.

Podemos ser otra persona, escaparnos de nuestra realidad cotidiana. Hacer lo que en el mundo real tal vez no nos atreveríamos o sí.

Recrearse en una fantasía no es sinónimo de querer llevarla a la práctica es, al fin y al cabo, una forma de disfrutar de unos minutos de puro placer.

Esta es mi historia, mi fantasía, mi realidad, mi forma de vivir. Disfrutar del sexo libremente sin ataduras aún cuando traiga consecuencia y quiero compartirla.

REGÁLAME UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora