Lo Haremos Bien | Wariam

Capítulo 9

Narra Miriam

Abrí los ojos lentamente cuando un pequeño rayo de luz, que se colaba travieso por las cortinas, me deslumbró un poco.

Me puse boca arriba y me restregué los ojos con mis manos, soltando un bostezo después.

Giré mi cabeza hacia el lado donde seguía durmiendo Ana. Sonreí tontamente al verla allí y recordar la maravillosa noche que pasé junto a ella.

Me acerqué un poco y me quedé embobada mirándola. Era preciosa. Le di un pequeño beso en los labios, provocándole una pequeña sonrisa en su cara.

De repente, el techo de la habitación se iluminó. Miré hacia la pequeña mesilla que tenía al lado extrañada, y entonces me di cuenta que era mi móvil, el cual no paraba de parpadear.

Alargué mi brazo y lo cogí. Me fijé que tenía varias llamadas perdidas y montones de mensajes de Mimi.

Mimita😊
Miriam, dónde coño estás?
Llevo hora y media esperándote donde me dijiste, y no apareces
He ido a tu casa a ver si estabas, pero solo estaba Nat
Ni ella tampoco sabe nada de ti
Joder, Miriam
Qué haces?

Abrí los ojos al recordar que tenía gira ese fin de semana, y que tenía un vuelo que coger. Miré la hora: dentro de una hora saldría mi avión.

Miriam🦁
Joder, Mimi, lo siento
Me he quedado a dormir en casa de una amiga
Puedes venir a recogerme en la uni, la tengo aquí al lado
Te quieroo❤️

Mimita😊
Eres de lo que no hay, Miriam🙄
Te quiero ver allí en 5mins
Si no te vas tú solita al aeropuerto

Me levanté de la cama en silencio, tratando de no despertar a la canaria. Busqué mi ropa por el suelo y me vestí deprisa pero sin hacer ningún ruido.

Cuando estuve vestida, miré a Ana y torcí mi boca. Me daba pena no poder despedirme de ella, pero es que si no me apresuraba, no llegaría a Málaga, que es donde tendría mi próximo concierto.

Abrí la puerta, pero antes de salir, me acerqué de nuevo a la canaria y le di un beso en la boca.

-Te quiero, canaria. - susurré, dejándole un beso en la frente.

La canaria no reaccionó, por lo que supuse que estaría sobadísima. Cerré la puerta con cuidado y salí de casa sin hacer nada de ruido. Menos mal que ni Marilia ni Alba estaban despiertas, porque si no seguramente perdería el vuelo.

Corrí hasta la universidad, y allí vi el coche negro de Mimi. Me acerqué a él y vi que la rubia estaba escribiendo algo en el móvil. Di unos golpecitos al cristal, captando su atención, y cuando esta me vio, abrió la puerta del coche.

-Ya era hora, leona. - dijo algo seca. - No sé si sabes que en una hora sale tu avión.

-Ya, joder, lo siento. - dije sentándome y abrochándome el cinturón. - Me he despistado.

Mimi me miró de reojo con media sonrisa y empezó a conducir. Miré por la ventanilla y suspiré al pensar en cómo había dejado a Ana.