Parte Dos : Conociéndote

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Pasaron dos semanas desde que somos amigos. ¿Lo mejor? Es que he aprendido muchas cosas sobre su personalidad. Descubrí que es muy espontánea. De hecho es la mujer más espontánea que he conocido. He conocido chicas de toda clase; divertidas, tímidas, aburridas, inteligente, temerosas, y hasta una mezcla de esas personalidades, sin embargo, Chouchou era distinta y única. ¿Por qué? Porque siempre estaba con un humor diferente, a veces lucía tranquila y en algún momento, estaba feliz por aquello que llamaba su atención. Siempre tenía algo para decir y sino era así, lo inventaba, buscaba temas de conversación todo el tiempo. Me di cuenta que era más habladora que yo.

De todas formas, esa personalidad no la demuestra con todos, solo es así cuando está con Sarada, Boruto o conmigo. Nunca muestra esa personalidad en la escuela. Es muy sencillo. Es de las personas que se cierra y no confía fácilmente. Supongo que es porque ha sufrido mucho. A penas empezó a abrirse conmigo, se dio cuenta que podía actuar natural, me lo decía todo el tiempo. No entendía por qué. Quizá porque nunca la prejuzgué. Es de las que teme al rechazo a pesar de que demuestra que no le interesa.

Estábamos caminando en dirección a la cantina para comprar nuestro almuerzo, parecía emocionada contándome cosas sobre su familia, su pasatiempo favorito y lo que había hecho el fin de semana. Me sorprendió la forma en la que se había abierto tan rápido. Estaba seguro que era porque mi personalidad hacia que pudiera confiar en mí. La escuchaba atento, mirando sus facciones y su voz, era chillona y me agradaba. No era brusca, tenía un tono peculiar, me llamaba la atención. Hacia que me hipnotizara. En especial sus ojos almendras. No dejaba de observarlos. Pedimos nuestros yakisoba y al recibir la comida, Chouchou se topó con dos chicas, una de cabellos rizados y otra de cabellos lacios. No las conocía, supuse que eran una de las tantas que estaban interesadas en mí, por la forma en que la trataron.

—Cuida por dónde vas, gorda—dijo la de cabellos rizados y la empujó, haciendo que su comida cayera al suelo.

Ella se quedó viendo su comida en el suelo, creí que lloraría, que se quedaría quieta sin decir nada y para mi sorpresa, eso no ocurrió. Juntó su comida y la miró con pena, segundos después se puso de pie y sus ojos almendras, se volvieron oscuros, frunció sus cejas y le enseñó la mirada más salvaje que jamás vi. Hasta sentí que mi corazón latió con fuerza.

—¡Mejor fíjate tu por dónde vas!

La chica soltó un grito chillando y salió corriendo. Intercambió una mirada avergonzada conmigo y al ver que yo también estaba molesto, se sintió aún peor. Me agaché para ayudarla a juntar su comida y le sonreí con la mejor sonrisa que pude:

—Puedes comer mi porción.

—No es necesario, Mitsuki—dijo sonrojada—. Puedo comprarlo de nuevo. Odio a las niñas mimadas...—resopló.

Soltó un fuerte suspiro. Noté que estaba enojada. La ayudé a ponerse de pie y la acompañé a comprarse otra porción. Ese día fue la primera vez que vi a Chouchou tan enojada. Quizá no se enojaba porque le dijeran gorda o la insultaran, pero existían otras formas de hacerla enojar. Y además de la comida, odiaba que tocaran a sus amigos o los lastimaran. Y también los chismes. Eso fue otra cosa que aprendí de ella enseguida. Después de salir de la cantina fuimos a comer juntos cerca del gimnasio, al sentarnos y empezar a comer, escuchamos a dos chicas hablar sobre Sarada y su relación con Boruto. ¿Cómo era posible que los rumores se expandan tan rápido? Nosotros alcanzamos la popularidad sin haber superado el mes.

Mientras yo era conocido como el chico más frío e inalcanzable del colegio, Boruto era el chico guapo y el más amable con las chicas. Y no era errado. No era tan abierto como Boruto, no era simpático, era frío y reservado. Boruto era más del tipo simpático, predispuesto y amable con las chicas. No sabía tratarlas mal. Todo lo contrario. En cambio yo sí podía hacerlo aún si me cayera bien. Las chicas hablaban mal de Sarada, a tal punto que la insultaron, diciendo que era una manipuladora y que solo era hipócrita con él. Ambos sabíamos que no era cierto, pero Chouchou odiaba ese tipo de personas. No pudo evitarlo. Se puso de pie y caminó hacia ellas. Se detuvo enfrente y les dijo:

Ojos Almendras  (MitsuChou)Where stories live. Discover now