Ojos Almendras (MitsuChou)

Parte Tres : Te Quiero

Estoy seguro de que no me recuerda. Yo sí lo hago.

Ahora está cambiada. Es porque se dejó crecer el cabello. Es incluso más bonita que antes. El día que fuimos al Karaoke la acompañé hasta su casa, estaba apenada por mi acción, pero se sentía cómoda a mi lado y fui su sostén hasta que las lágrimas dejaron de brotar. No le gustaba sentirse vulnerable. Lo supuse porque fingió una sonrisa y me hizo dar cuenta que lo de Sumire no le afectó. Le sonreí como siempre y le dije que nos veríamos en el colegio.

En la clase de gimnasia la noté normal. Quizá el hecho de que sea muy amiga de Sarada haga que las cosas que le asustan, pueda superarlo desde otro ángulo, también puede ser porque las dos tienen algún en común. Sarada tampoco tiene tantos amigos. Solo se habla con ella y con nosotros dos. A simple vista Chouchou parece una chica con un ego bastante envidiable, sin embargo, no es así. Después de lo que pasó en el Karaoke, estoy seguro de que vinieron horribles imágenes a su mente. Cosas que sucedieron en el pasado.

La pelota fue directo a mi cara. El golpe y el ruido que hizo fue tan fuerte, que todas las chicas voltearon hacia nuestro lado, no me dolió; lo juro. Creo que mi compañero Inojin se debió sentir peor que yo por haberme enviado a la enfermería. Eso me pasó por burlarme de Boruto cuando observa a Sarada en gimnasia, y yo estaba haciendo lo mismo con Chouchou, me reí de mi. ¿Por qué no?

En la enfemería estaba Boruto e Inojin. Ambos discutían. Inojin es un mal llevado y Boruto no sabe quedarse callado. En conclusión, se enojó porque sabe que lo hizo a propósito, muchos me odian por ser como soy. No es mi culpa que le atraigo a las chicas, no es mi culpa que tenga una personalidad tan magnética, la culpa es de ellas por fijarse en mí sabiendo que no tendrán posibilidad. No me interesan en absoluto. Ya estoy en el mismo club que Boruto: odio las chicas mimadas. En especial si son como Sumire, hipócritas, engreídas y que se creen mejores que otras por ser bonitas. Sumire es bonita y por eso pisotea a las demás. Hay muchas en este colegio que siguen el mismo estereotipo. Inojin tiene la manía de enamorarse de ese tipo de chicas. No es mi culpa, lo repito, es culpa de ellas.

—¡Discúlpate con Mitsuki, Inojin!—le gritó Boruto.

—No lo haré, la chica que me interesa va detrás de él...

—¿Acaso crees que rompiéndole la nariz harás que las chicas se fijen en ti?—le reprochó mi amigo. Estaba enojado. Muchísimo—. Lo mejor que puedes hacer es disculparte.

Inojin me miró con una expresión de odio, revoloteó los ojos y se cruzó de brazos, frunció sus cejas. Estaba seguro que su orgullo no lo dejaría disculparse. Me daba lo mismo si lo hacía o no. Sinceramente, no tengo problemas en que me odien, puedo defenderme solo o si quiero puedo ignorarlos. No es nada grave. Es suficiente con un amigo como Boruto y que la chica ....sí ella, no me ignore.

—Lo siento, Mitsuki—noté que fue una disculpa sincera. Me extendió su mano y yo le sonreí como de costumbre, le estreché la mano—. No debí golpearte.

—Acepto tus disculpas—lo solté—. Si quieres que alguien se fije en ti, solo se tu. No todas las chicas que se fijan en nosotros, valen la pena.

—No imaginé que dirías algo así—coincidió—. Gracias por el consejo...

No supe si lo dijo molesto o le ofendió, se que hizo una mueca y se retiró sin decir nada más. Boruto se quedó un rato conmigo y después al sonar la campana, decidió ir a la siguiente clase. Nos veríamos al salir por la tarde. Me quedé dormido.

Escuché voces femeninas. Pensé que era de la enfermera y no fue así, no era la voz de la profesora tampoco, era su voz. La podía reconocer a kilómetros de distancia, porque era ella y su voz era magnética. Abrí uno de mis ojos y vi su figura en el umbral de la puerta, sí estaba hablando con alguien, era Sarada. Le dijo que se adelantaría y se despidieron con un beso en la mejilla. Ella se volteó hacia a mi y se detuvo al darse cuenta que estaba despierto. Tenía mi mochila en uno de sus brazos, la dejó en la orilla de la cama.