V E I N T I C I N C O

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Lo siguiente que hice fue gritar. Bueno, gritar y llorar, para ser más exactos. Lo único que rondaba por mi mente mientras intentaba (inútilmente) despertar a Carter, era Alexa.

Alexa y la conversación que habían tenido por teléfono. Alexa y el cabreó que se pilló hablando con él. Alexa y todo lo que ella podría saber sobre su salud.

Tenía que encontrarla. Solo ella sabría qué hacer.

Enrollé los brazos de Carter entorno a mi cuello. Lo hice con cuidado y sin movimientos bruscos. Después, acumulando toda la fuerza que pude, me erguí hasta conseguir levantarnos a ambos. Nunca antes había tenido que encargarme de una persona en ese estado, por lo que no sabía si moverlo era lo correcto o no, pero había algo que tenía clarísimo, y era que ni de coña iba a dejarle ahí tirado.

Dar el primer paso se me hizo extremadamente difícil. Carter pesaba mucho, y mi cuerpo no es que fuera el más atlético del mundo. Si os soy sincera, ni siquiera sabía cómo había logrado levantarlo. Supongo que fue debido a la desesperación del momento.

Di un paso más. Y luego otro. Y otro...

Las piernas me temblaban y las lágrimas me nublaban la vista, pero la esperanza de que no estuvieran muy lejos me daba fuerzas para continuar adelante.

Por favor, Carter. Aguanta. No me hagas esto. Y menos sin que te haya dicho todo lo que significas para mí. Mereces saberlo.

Mereces saber que estoy enamorada de ti.

El alivio abrazó mi cuerpo cuando llegué a la zona dónde habíamos dejado nuestras mochilas. Alexa y Austin estaban hablando a lo lejos, apoyados en un árbol, y no parecía ser sobre un tema muy agradable. No era un buen momento para interrumpirles, pero me dirigí hacia ellos de todas formas.

Ya hablarían luego sobre lo que fuese. Esto era más importante.

Cuando los ojos de Alexa cayeron sobre mí, su expresión se llenó de preocupación y corrió hacia nosotros. Austin hizo lo mismo, justo después de llamar a Nate para que acudiese a ayudarnos.

Tengo flashes muy difusos de lo que pasó a continuación.

Recuerdo que me quitaron a Carter de encima y, en menos de diez segundos, me vi rodeada por profesores y alumnos atraídos por el barullo. También recuerdo como Austin y un profesor que no conocía bien agarraron a Carter por los brazos y le llevaron al interior del autobús.

Creí verle caminar. Parecía que se había despertado, mas continuaba desorientado y con dificultades para dar paso.

En algún momento, los brazos de Danna y Kim me rodearon y me ofrecieron una botella de agua para limpiar mis manos que, por lo visto, estaban llenas de sangre.

Mis lágrimas no cesaban. Probablemente no lo harían hasta que volviese a verle sonreír. Esperaba que fuese pronto porque sino, no sabría qué hacer.

Cuando volvimos al hotel, no tuve la oportunidad de verle. Según Nate, los profesores se lo habían llevado a una especie de enfermería y estaban meditando si debían llamar o no a sus padres para comentarles lo ocurrido. Menuda idiotez, por supuesto que debían llamar a sus padres. Su hijo se acababa de desmayar, joder. Era un asunto muy grave, por ese mismo motivo no entendí por qué Carter se negó. Porque sí, se había negado. Por lo visto, dijo que no era para tanto, que se encontraba bien y nunca antes se había mareado así. Que no se preocupasen.

En cuanto le viese, pensaba partirle la cabeza. ¿Cómo quería que no nos preocupásemos? ¡Nos había dado un susto de muerte! Solo de pensar que podía pasarle algo grave... casi me da un ataque de pánico.

The real youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora