Parte dos.

1.1K 158 29
                                    


Enamorarse nunca estuvo en sus planes al viajar allí, mas ahora se hallaba perdida en su totalidad en ello. Año tras año, las prácticas se volvieron más duras, y por supuesto hubieron resultados. Cuando Lisa cumplió cuatro años de entrenamiento, en la evaluación de ese mes, su jefe llegó con buenas noticias: iban a debutar todas.


Ese día se les dio libre para festejar. Asistieron a un restaurante casual, comieron, y se les permitió tomar vino. Lisa se negó a primeras, siendo la única quien no ingirió aquella bebida que, al parecer, causó un efecto rápido y extraño de ebriedad a su mejor amiga. En consecuencia, fueron llevadas ambas a casa por uno de los profesores que les acompañaron, quedándose el otro con las demás.


Rosé fue recostada y cobijada gracias a Lisa, quien luego se hizo espacio a su lado, disponiéndose a observarle apoyada sobre su costado. Tenía las mejillas sonrojadas, roncaba ligeramente y mantenía una mueca que indicaba a una sonrisa en sus labios, misma que, pronto y de estruendo, explotó en una carcajada que hizo a Lisa dar un brinco.


''Lisa, ¿por qué me miras tanto, uhm?'', con voz arrastrada y apenas pudiendo abrir sus ojos, Rosé inquirió.


''Creí que dormías'', confesó avergonzada. ''Vuelve a hacerlo, Rosé''.


La castaña refunfuñó y en un segundo fugaz le tuvo sobre su cuerpo, sonriéndole de una inusual manera. Los sentidos de Lisa pronto comenzaron a fallar, desde que su amiga empezó a romper la cercanía entre sus rostros con una agonizante lentitud. Siendo así, Lisa intentó forcejear sin descuidarse de lastimarle, sin embargo, no consiguió nada debido a lo rápido en que se tensó cuando Rosé al fin posó su boca sobre sobre la suya, muy torpe, pese al embriague, pero con el mismo efecto que ocasionaría siempre. 


Esa noche, Lisa prefirió dormir en el otro extremo de donde Rosé cayó en coma.


A la mañana siguiente, Rosé despertó quejándose de un dolor de cabeza y de no recordar nada de la noche anterior. Había sido vino nada más, nada tan fuerte como para alcanzar tal grado de ebriedad, lo cual le hizo creer a Lisa que Rosé había fingido. ¿Con qué propósito? Su mente reproducía una y mil veces el momento en que le había besado, mas no daba con la razón.


Rosé había dicho que le enfermaba ese tipo de persona.

***

acaba de temblar en mi país y yo acá, posteando un capítulo (super corto) nuevo

cuídense mucho y tengan un botiquín de emergencia ante este tipo de fenómenos ok los tkm

also, amo tanto al chaelisa hAN VISTO CÓMO SE PORTAN EN LOS CONCIERTOS? especialmente tú, arrobaLalisa compórtate gracias u_u 

quiero escribir mucho de ellas pero mi seguridad respecto a mi escritura está por los suelos actualmente jaja salud2 grax por leer ♥

Homophobia. (ChaeLisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora