Parte cuatro.

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El día del debut llegó.


Su labor aumentó un doble. El trabajo por hacer sobrepasaba incluso el límite casi inexistente que habían adoptado después de tantos años de duro entrenamiento. Las cámaras se volvían infinitas, Lisa se sentía mareada con la llegada del día de grabación de sus vídeos musicales, pero era todo lo que desde un comienzo desearon y por lo que tanto habían luchado, a pesar de las perdidas y el agotamiento incesante. Con Rosé a su lado, Lisa no sentía que le pudiese faltar algo, pues incluso la falta de su familia era consolada por el calor que ésta le entregaba cada noche, en la complicidad bajo sus sábanas.


Rosé le besaba todas y cada una de sus noches. Podría decir que aquel hecho se había acoplado ya a sus vidas, aunque Lisa no se acostumbraba, aún así, porque cada vez le resultaba como un recuerdo muy lejano, quizás parecida era la sensación de cuando soñaba, pues nunca hablaron de ello; Rosé siempre despertaba primero y le dejaba sola en su cama.


Todo se sentía con un sabor agridulce. Estaban tan bien y a la vez tan mal. Tampoco tenía mucho tiempo para pensar en ello, y cuando lo hacía casi veía la ola de aflicción que le sucumbía. 


Una noche, mientras Rosé le besaba, Lisa no pudo evitar explotar. Nunca se había atrevido a detenerle, por tanto la mirada junto al ceño fruncido que le entregó su mejor amiga le hizo tragar con fuerza.


''¿Qué ocurre?'', preguntó ella.


Lisa mordió su labio inferior.


''¿Por qué hacemos esto, Rosie?'', inquirió en su lugar, con voz afligida. ''¿Qué se supone que somos?''


''¿De qué estás hablando? Somos amigas''


''Las amigas no hacen... ésto'', repuso.


''¿A qué quieres llega-?''


''Tú me gustas.''


La esperó. Esperó aquella mirada de asco que temía por respuesta, mas nunca llegó.


Rosé, en cambio, le miraba con un gesto de confusión.


Aquello fue incluso peor. Lisa pensó en todos los besos, las noches compartidas, pensó que, aunque lo esperaba, no podría aceptar la repulsión de Rosé si ella se la daba. No después de tantos suspiros liberados entre cada beso, no después de haberse mordido los labios mutuamente, de haberse comido sus bocas. Así que le besó, lo hizo, pero Rosé no correspondió esta vez, sino que le apartó con un empujón.


''Yo no soy como tú'', murmuró.


Seguido de aquello, abandonó la habitación. Lisa le esperó despierta el resto de la noche y madrugada sin ningún fin. Rosé no volvió.


Un día después viajaban hacia el canal donde promocionarían ese día. Lisa había tomado asiento con Jisoo en los últimos lugares y Rosé en los primeros, junto a Jennie. De este modo la mayor se acercó más a su lado para tomar su mano, confortándole pese al estado decaído que mostraba desde esa mañana. Lisa se sobresaltó, logrando escapar de su dispersión.

Homophobia. (ChaeLisa)Where stories live. Discover now