《°Two Fools In Love°》 ×Taehyung y Tu×

35. Mi historia.

¿Debería de explicar lo de mi madre... no?

Tiene mucho que ver con Taehyung.

Ella es una idiota sin perdón.
No tiene justificación y nunca la tendrá, es egoísta y mentirosa.

Cuando era pequeña, ella decidió como siempre, por toda la familia.
Yo tenía que estudiar si o si en Seúl, así que me quedaría con ella, y el resto de mi familia, a Busan, sin excepción.

Yo era su prototipo ideal.

Para ella yo era la solución, "El futuro de la familia" así me denomino.
Era una estúpida creación, que fue una decepción.

Yo no salí como ella quiso, al principio sí.

Iba todos los días vestida con vestidos blancos y perfectos, unas finas medias blancas hasta las rodillas y unos zapatitos de charol, peinada con dos coletas que recogían los largos mechones y perfumada siempre con aquella colonia que era de todo menos para niñas pequeñas.
No tenia muñecas ni peluches, no muchos, solo dos, "Los necesarios para una niña pequeña" decía mi madre.

Estudiaba todo lo que ella quería, tocaba el piano, su excusa perfecta para fardar de algo que supuestamente se me daba bien, y luego, como no, iba a una escuela privada.

Una escuela donde iba un pequeño niño obsesionado con la fotografía y los leones.

Cuando teníamos siete años, fue la primera vez que escuché su voz.

- ¿Por que tocas el piano?- me preguntó el pequeño Taehyung mientras se paraba frente a mi, en la gran sala de música del colegio.

Esa pregunta recuerdo que fue difícil de responder. ¿No sonaba raro decir que era por mi madre?

- Mi madre necesita fardar de algo que haga bien.

- Pues no lo haces bien.

- ¿Que? -dije intentando sonar todo lo ofendida que me permitía poder parecer aquella voz algo chillona.- Me he memorizado toda la partitura, no digas estupideces.

- Si no sonríes lo haces mal.

¿Y por que iba a sonreír? No me gusta el piano.

- A mi madre no le importa, solo quiere que sepa y ya.

El niño suspiró sentandose a mi lado, invadiendo el poco espacio de aquel asiento.

- ¿Sabes? Yo dibujo lo que quiero, ¿Por que no haces eso?

¿Lo que yo quiero? No lo sé todavía.

- ¿Y tu... que dibujas?

- ¡Esto! -saco rápidamente de su bolsillo como si ya lo tuviese todo planeado, un pequeño papel doblado.- Tu piano.

Sí, era verdad, cuando desdoblo el papel lo vi. Era mi piano, y parecia ser que aquella "persona" que parecía un garabato mal hecho era yo.
¿¡A la edad de siete años no sabe dibujar o que?!

- ¿Quieres aprender a tocar el piano?

Los ojos del chico brillaron.
¿Que es lo que acababa de pasar?
Mi piel se erizo por completo, ¿Eso era bueno?

- ¡Sí! ¡Sí!

Y así, continuó, día tras día viniendo aquella pequeña sala de música, primero dibujaba el piano, escuchando en silencio como ensayaba, y luego venía, se sentaba a mi lado y escuchaba mis lecciones para luego hacerlo el mismo.
Así comenzo una amistad sin saber quién eramos.

- ¡Oye! Eh...

Grito aquella pequeña voz un poco menos chillona que la mía, justo tras de mi.