Tercera Canción

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Cuando Aria abrió la carta de Harry diciendo que dementores lo habían atacado y ha sido expulsado de Hogwarts, su estómago cayó al suelo. Sirius, Ron y Hermione recibieron la misma carta, hubo una reunión en el comedor y después de pequeñas peleas e invocaciones, miembros de la orden llegaron a la casa de los Black. Irían a por Harry a su casa, era la mejor opción. Lupin, Tonks, Moody, Kingsley y Hestia Jones habían llegado junto con otros magos dispuestos a ayudar a Harry. Aria quizo ir también pero sabía que no podía, era arriesgado. No podía darse el lujo de revelar su identidad al resto de los magos o siquiera ser vista por los mortifagos que estarían esperando para atacarlos en el momento que Harry saliera de aquella casa.

Lo mejor que podía hacer era esperar. Con un libro en mano y una almohada detrás de su cabeza, se decidió esperar a por Harry. Ya iba a la mitad de encantamientos avanzados de artes prohibidas cuando escucho nudillos contra su puerta.

"Adelante." dijo sin alzar la vista de su libro.

"Siento interrumpirte, ¿tienes tiempo?" —la dulce voz de Hermione la hizo sentir segura por lo que asintió con la cabeza. Cerró el libro no sin antes marcar la página y dejarlo a su lado. La castaña caminó hasta sentarse a los pies de su cama. Aria tenía su propia habitación en el cuartel de la orden del fénix, al principio no entendió el por qué, los adultos a su alrededor parecían darle preferencia. Siempre pensó que era por que era un Black, pero después de vivir bajo el mismo techo durante un tiempo, sabía que esa no era la única razón. Le da un vistazo al libro junto de ella. —"Vaya, ¿de verdad de dejan leer eso? Es muy peligroso." — comenta ella sin pensarlo, esa clase de libros se encontrarían en la sección prohibida de la biblioteca del colegio ¿Acaso... Ella tenía acceso?.

"Todos sabemos que habrá una guerra tarde o temprano. Todos tenemos distintas maneras de pelear." explica ella encongiendose de hombros.

"¿Tomarías una vida?" la pregunta de la chica la hace recordar el momento que Asher la obligó a asesinar un muggle, justo antes de recibir la marca. Su mirada se oscurece y la Gryffindor lo nota.

"Supongo que no falta mucho para averiguarlo."

"Una guerra... Leo sobre ellas en libros pero me pregunto... ¿De verdad tendremos que experimentarlo?"

"Desearía que no fuese así." susurra la rubia aganchando la mirada.

"Aria, eres tan misteriosa y hay tantas cosas sobre ti a las que no le encuentro sentido. Estuve en el cuarto de los Black, no existes en el árbol familiar y tus habilidades son avanzadas para alguien que no creció con magia a su alrededor." la intrigada Hermione finalmente saca sus pensamientos a flote, Aria solo sonríe, reacción que su amiga no comprende.

"Hay cosas que es mejor no saber, hay cosas que incluso yo no sé. Pero las cosas se ocultan por una razón. La verdad saldrá a la luz a su tiempo."

"Entiendo."— susurra la castaña asintiendo con la cabeza.—"Pero Aria, sea lo que sea, cuentas conmigo."

La rubia le dedica una sonrisa llena de gratitud, no hace falta decirlo en voz alta. Hermione sabe.

"Así que... ¿Cómo te fue con los Malfoy?" pregunta cambiando el tema de conversación.

"Mentiría si te dijera que no fue incómodo. Lucius es... Está tan lleno de su mismo que me enferma, pero Narcisa es tan linda, me da lastima que tenga que aguantar a un hombre como él. También... quiero disculparme de todo lo que Draco ha dicho y hecho, te aseguro que es una buena persona pero vivir en esa clase de ambiente... es bastante tóxico. No justifico sus acciones, puede ser un completo idiota cuando quiere, por eso no hago nada cuando recibe su merecido."

"No hace falta que te disculpes, a este punto nada que haga me sorprende, lo que si me sorprendió fue verlos juntos. Nunca me lo hubiera imaginado, especialmente después de que lo golpeaste."

"Ni me lo recuerdes, detención con él fue horrible." asegura ella sonriendo.

El sonido de la puerta hace que Hermione de un brinco, había sido tan súbito que no se lo hubiera esperado. La puerta se abre dejando ver el cabello enmarañado de Sirius, estaba por hablar pero se sorprende al ver a la Gryffindor en el cuarto de su ahijada.

"Hola... Aria, junta de miembros, ahora." la rubia asiente y se levanta de la cama, la castaña la imita.

"Supongo que podemos hablar luego." sonríe la chica guiando a la otra hacia la puerta.

"Suena bien." Aria cierra la puerta tras de ella y le pone un hechizo para que nadie más que ella tenga acceso. La castaña arruga las cejas pero decide pasar por alto aquel momento, con una despedida, Aria se encamina escaleras abajo para ir al despacho, lugar donde la junta se llevaría a cabo.

★★★★

La junta acabó poco tiempo después de que Harry arribó al cuartel de la orden, pudo escuchar el cuadro de la madre de Sirius maldecir, y a Potter y Black hablar en camino al corredor. En una rápida mirada hacia atrás, Harry pudo observar a su prima salir del despacho junto con el resto de los miembros de la orden, sorprendido, no dijo nada y siguió su camino al comedor lugar donde  todos se estaban reuniendo para la cena.

Casi todos los Weasley estaban presentes, a excepción de Percy y Bill. El mayor de los Weasley se encontraba en Rumanía reclutando para la orden y Percy... después de su ascenso como asistente júnior del ministro, él había sido prácticamente ignorado, después de todo trabajaba para el enemigo.

Todos estaban en la cena comiendo, hablando y hablando, Aria, que estaba sentada a hasta la esquina pasaba desapercibida y trataba de mantenerse fuera de la conversación. Ya casi todos estaban terminando de comer hasta que oyó a Sirius pronunciar aquel nombre.

"Creo que ya es hora de acostarse" dijo la señora Weasley con un bostezo.

"Todavía no, Molly" —intervino Sirius, apartando su plato vacío y volviéndose para mirar aHarry—"Mira ,estoy sorprendido. Creía que lo primero que harías en cuanto llegaras aquí sería empezar a hacer preguntas sobre Voldemort."

La atmósfera de la habitación cambió con aquella rapidez que Harry asociaba a la llegada de dementores. Hasta hacía unos segundos había reinado un ambiente relajado y soñoliento, pero de pronto se había vuelto tenso. Un escalofrío recorrió la mesa cuando Sirius pronunció el nombre de Voldemort.

"¡Lo he hecho!" —repuso Harry indignado—."Les he preguntado por él a Ron Y Hermone, pero me han dicho que como ellos no pertencían a la Orden no..." —

"Y tienen razón" —lo interrumpió la señora Weasley—."Son demasiado jóvenes."

Estaba sentada rigida en su silla, con los puños apretados sobre los reposabrazos; ya no había ni rastro de somnolencia en ella.

"¿Desde cuándo tiene uno que pertenecer a la Orden del Fénix para hacer preguntas?" —terció Sirius—.

" Harry se ha pasado un mes encerrado en esa casa de muggles. Creo que tiene derecho a saber qué ha pasa..."

En ese momento los gemelos reprochan al ver que Harry tiene derecho a hacer preguntas y se mofande la frase que siempre reciben como respuesta "son muy jóvenes."

Entonces el de la cicatriz finalmente saca su duda.

"¿Entonces por qué Aria es un miembro y atiende las juntas?" en ese momento las miradas viajan de Aria, a Harry, a Molly y por último, Sirius.

"Tan sólo obedecemos las órdenes de Dumbledore." dice la mayor de los Weasley pero antes de que vuelvan a su discusión, Aria se levanta de la mesa.

"Gracias por la comida, buenas noches." y dicho eso se retira escaleras arriba. No podia afordar que la metieran en una discusión que sabía generaría muchas preguntas.

Singing For You [D.M] #3 Where stories live. Discover now