Soñé que estaba perdido

5. Víctimas y culpables

El lugar al que se dirigían siempre fue objetivo de investigación por su inusual atracción a la energía de resentimiento. Últimamente, cada que realizaban búsquedas con el método del Patriarca de Yiling en su cueva mata demonios, el área de Shundong llamaba su atención, aunque la zona de la ciudad Yi nunca fue tan llamativa como en esta ocasión.

A-Qing mejor que nadie conocía el área, ella había sido encontrada por la zona cuando la reclutó la secta, por eso muchas veces le encargaron la vigilancia de la energía del lugar. El coraje en contra de Mo Xuanyu, quien se fue a su misión sin llamarla, la mantuvo tan ocupada que no volvió a revisar el área hasta la búsqueda del resto del cuerpo.

La diferencia era mayor que nunca en la pequeña ciudad, no se explicaba qué podría estar pasando en una ciudad donde sus negocios se basaban en artefactos funerarios. Dejando de lado lo tétrico y el llamado a la muerte, el pueblo pocas veces había tenido problemas con los cadáveres andantes, únicamente con fantasmas y demás espíritus, nada que reuniera tal cantidad de energía.

Incluso el aura en las aldeas aledañas era pesado. Si de por sí eran pequeñas y casi deshabitadas, ahora la poca gente que se encontraron al pasar parecía mucho más desconfiada, incluso el grupo de jóvenes granjeras con las que habló Xue Yang se mostraron temerosas la mayor parte del tiempo, aún si la vista de alguien tan calmado y de aura divina como la de Xiao Xingchen se unió a ellos. Claro, ¿quién en su sano juicio se sentiría en calma al hablar con un bastardo mentiroso como Xue Yang?

No fue difícil para los otros cuatro notar que el feng shui del área era de lo peor, lo que llevaba a explicar porque no encontrarían alguna secta en la zona que hubiese checado la obvia mala atmósfera que surgía de la Ciudad Yi, mucho más allá del terreno infértil de las montañas y los ríos turbulentos de los alrededores.

Toda la villa estaba envuelta en una niebla extremadamente espesa que les permitía ver no más allá del largo de sus brazos. La energía de resentimiento era tan abundante que casi provocaba mareos en los tres más susceptibles a ella, todo gracias a vivir en el peor de los sitios los había entrenado lo suficiente para mantenerse con calma e ignorarla.

Los tres miembros de la secta Yiling se mantuvieron caminando pegados entre sí y al frente, con las manos en las empuñaduras de sus espadas, mientras que los dos mayores andaban detrás de ellos, tan cerca como pudieran para no perderlos de vista por la niebla.

El silencio era sepulcral, no había viento, ni animales o voces de personas, únicamente sus pasos entre la espesa hierba y pedruscos que cubrían un camino que debería haber estado despejado si no se habían salido de aquel que los guiaba al centro de la villa. A medida que avanzaban, la ausencia de sonidos se volvía más inquietante para A-Qing pues recordaba que, aunque no se trataba de un poblado muy alegre, el silencio no había reinado nunca sus calles.

Casi al mismo tiempo, los cinco detuvieron su andar cuando el primer sonido fue escuchado. Se trataba de un conjunto de pasos ligeros y precavidos, de cantidad indescifrable; incluso si estaban seguros de que no se trataban de cadáveres andantes, no podían asegurar con qué tipo de intenciones se acercaban a ellos. Por tal motivo, A-Qing fue la primera en lanzar un talismán cuya función no era más que incendiarse y formar una fuente de luz.

En respuesta, en el grupo frente a ellos contraatacó usando espadas con destellos de diferentes colores y formas. Xiao Xingchen se colocó frente a A-Qing para detener cualquier ataque en su contra, aunque Mo Xuanyu podría haberlo hecho sin problemas. Los dos cultivadores solían portarse distantes con los tres, aunque ella se había dado cuenta que, al tener como debilidad su "ceguera", la forma en que le hablaban solía ser más suave y menos fría, sobre todo Xiao Xingchen.

Casi quería asegurar que no eran malas personas, que no buscaban dañar su secta y que todo el malentendido que pudiera suscitarse sería por culpa de Xue Yang, el bastardo y los problemas de su pasado no hacían más que arruinar el ambiente entre ellos.