El sueño de Dylan.

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-¿Gustan pasar?

Nos interrumpió una voz

-Tenemos recomendación especial del chef el día de hoy.

Se dirigía con la pregunta hacia nosotros un joven tipo, con una carta de menú en la mano.
Estábamos tan perdidos en la historia que Dylan contaba con tanta precisión que ni si quiera nos dimos cuenta en el momento en el que dejamos de caminar para quedarnos parados justo frente a un bar restaurant, con grandes letras blancas en la pared azul intenso, decía "το eσήμα" estaba en griego supongo.

-¿Disculpe que?

Dijo Dylan un poco confundido y regresando del trance de su historia.

-Sí gustan entrar, tenemos recomendación especial hoy por el chef.
Repitió el joven.

-Ah, Dylan yo creo que aquí están bien para que comamos algo, después de todo ya tengo hambre.
Le dije sonriente

-Sí, me parece bien

Respondió a mi pregunta con una sonrisa también.
Entramos al bar, nos dieron una mesa, ordenamos y sin querer sonar apresurada a la historia, aunque la verdad está historia me sonaba tan interesante y rara, así le pregunté

-Entonces... ¿después de aquella chica en tus sueños qué pasó?

Note como colocaba los brazos sobre la mesa para retomar la historia

-Bueno, después de soñar a la chica, esa chica que se quedó clavada en mi pensamiento, realmente recuerdo muy bien su hermoso cabello castaño, largo y ondulado un poco enredado y esponjado sobre las sábanas blancas. Como quisiera haber visto su rostro. Es... es como si la conociera pero jamás la he visto.

Sonreía mientras sus ojos se quedaron perdidos entre la nada por un momento mientras recordaba aquel sueño.

-Bueno, la ciencia dice que todo lo que uno sueña lo ha visto mínimo una vez en la vida, si no es imposible soñarlo.

-Pues en ese caso la he de haber visto en mi otra vida.

Sus ojos se clavaron en mi, y los míos en el, este hombre me hacía perderme en sus ojos de una manera tan extraña y alucinante.

-Entonces, ¿qué pasó después?
Le dije evadiendo la mirada y metiendo mi cabello tras mi cuello.

-El sueño era insistente, y no sé si llamarlo sueño porque era como un recuerdo de un mismo tiempo consecutivo, reconocía el lugar, era el mismo desde diferentes partes. Pero el último fue el peor, era demasiado fuerte y melancólico, tanto que podía sentir el dolor que en el sueño se supone que sentía; me encontraba supongo que perdido, en lo más alto de una colina con molinos llorando con la ropa blanca y las manos llenas de sangre, supongo que estaba herido pero no sabía de qué parte, solo sentía un gran dolor invadiendo todo mi ser y mi pecho.

Su mirada que por un momento iba acompañada de una sonrisa se tornaba a una expresión triste y melancólica en su rostro, trago saliva para retomar la historia.

-Entonces esa mañana me desperté aturdido y angustiado dispuesto a buscar lugares similares a los de mi sueño, busqué y busque un lugar con las mismas expectativas que en mi sueño, un cielo azul, un sol radiante y hermosas colinas desde las cuales se podía observar aquel agua azul transparente, busqué hasta toparme con Santorini y Mykonos, pero era Mykonos donde mis sueños habían ocurrido, puesto que la vista que tenía en mi último sueño en lo alto de la colina era igual a la que se encontraba en las imágenes referentes al lugar. Organice todo sin avisarle a nadie y una semana después me vez aquí buscando pistas para atar cabos como loco, tratando de encontrar la causa de mis sueños cuando jamás había visitado este lugar.

-¿y entonces la encontraste?
Le pregunté ansiosa de su respuesta.

-No, bueno no específicamente, es decir me tope con tantas teorías extraídas de leyendas muy antiguas en este lugar que ni si quiera supe por cuál optar. Pero no me he rendido he buscado sin parar desde ese día y todo eso me ha llevado a trabajar en mi nuevo libro y es por eso que estoy aquí contigo en esta mesa ahora, de vuelta en este lugar al que fui arrastrado por mis sueños.

Estaba boquiabierta con todo lo que Dylan me estaba contando, lo más loco de todo es que la historia me sonaba un poco entrañable y a la vez le da un sentimiento de familiaridad.
Después de un rato, ya no seguí haciéndole preguntas o al menos no por ahora porque creo que ya se había abierto demasiado a todo lo que me había contado, así que terminamos de comer y pedimos una ronda de wiskys.

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