Capitulo 25✨

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NARRA LUZ.

Harina por todos lados, galletas por aquí y por allá, era un total desastre la cocina; la música sonaba tan fuerte que no alcancé a escuchar el ruido de la licuadora. Si tan solo Paulo hubiera llegado a la hora que le dije y no antes.

—Deberíamos limpiar esto—intento no reírme cuando hablo pero Paulo baila muy gracioso.

—Bien, bien—pausa la música y deja de bailar para ponerse a limpiar.

Yo limpiaba todas las cucharas, tazones, mientras Paulo limpiaba la mesa y todo lo demás. Cuando termine de lavar todos los trastes, me di la vuelta y de pronto Paulo y yo estábamos frente a frente.

—Debería irme—dice Paulo cuando escucha su teléfono sonar con el nombre de "Mami" en la pantalla.

—"Mami" te habla—hago las comillas con mis manos y el ríe nervioso.

—¿Quien no le llama así a su mamá?—toma sus cosas y camina detrás de mi hasta la puerta.

—Adiós—le sonrió—espero que vuelvas a venir pronto.

—Espero que me vuelvas a invitar pronto.

Se sube a al carro con su mamá y yo regreso adentro de mi casa para seguir limpiando el desastre que hicimos y que al final solo comimos una galleta cada uno.

【☁︎】

El sonido de la alarma suena y me saca de mis sueños, de una manera brusca. Me levanto con toda la ilusión de ver a Paulo en la escuela el día de hoy y de contarle todo, con detalles, a Vilu.

Una vez en la escuela, voy hasta mi lugar para sentarme junto a Violeta pero me doy cuanta de que no esta; espero a que llegue pero toca el timbre para empezar la clase y ella nunca llego. Tal vez si mamá se puso mal o se le hizo tarde y no alcanzo a llegar.

Como todos los días, las primeras horas son las más aburridas ya que el profesor solo habla y habla y como hoy no había venido Vilu, quien es la que hace todo un poco mas divertido, esta clase fue demasiado aburrida. Por otro lado, Paulo y yo salimos juntos al recreo. Nos sentamos en una banca a desayunar; es raro que ahora seamos muy buenos amigos, pero me agrada.

—Hola Paulito bebe—exclama Melissa sentándose a un lado de Paulo—te invito a una fiesta que haré hoy en mi casa, ah, y si quieres puedes llevar a tu nueva novia.

—Melissa...no es mi novia—Paulo se limita a contestare.

—Lo que sean, espero verlos en mi fiesta—le guiña el ojo a Paulo y se levanta de la mesa.

—¿Quieres ir?—le pregunto mientras Paulo muerde su hamburguesa.

—No lo se—me mira—tal vez si vas vos, valla yo.

—No, si quieres ir, ve—no tenía problema con eso—y quizá valla también yo, porque no ir.

Fue un día tranquilo, la invitación de Melissa me gustó, antes, cuando éramos pequeñas, ella me invitaba a todos sus cumpleaños y yo a ella; tal vez ahora ya no seamos amigas pero se digno a invitarme, o algo así.

Una pequeña parte de mi quería contarle a Paulo que estoy enamorada de él, pero mi parte racional no podía, me ganaba el miedo y mi pequeño plan de declararme ante Paulo se hacía la peor pesadilla del mundo.

Me estaba arreglando para la fiesta, no iba a ser nada espléndido pero quería verme bien, las chicas no deben arreglarse para nadie, se tienen que arreglar para gustarse a si mismas, y era lo que yo intentaba.

Unos jeans con una blusa fajada y una chaqueta, más el cabello bien peinado creo que se ven perfectos. Llame a mi mamá para que me prestara el auto, no hubo inconveniente así que no tarde en sacarlo e irme a la fiesta de Melissa. Cuando llegue habían ya varias personas en el patio de su casa ya que tiene una piscina muy grande así que me adentré y por el camino salude a muchos amigos.

—Hola Melissa—expresó mientras ella se sirve un poco de soda.

—Luz, si viniste—hace una sonrisa forzada—¿y tu novio?

—¿Cual novio? No tengo—se que se refiere a Paulo pero no quiero que piense que somos novios porque se como es Meli y de ella no se que esperar.

—Bueno, ¿va a venir o no?—ya se que solo le invito por Paulo pero, ¿no puede ser más discreta?

—No lo se, yo vine sola.

Ella se da la media vuelta y se va con sus amigos, yo me quedo dentro de la casa sentada en un sillón; tal vez me hubiera sentido más acompañada si Violeta estuviera aquí pero ni siquiera la invito Melissa, y si no llega Paulo, me iré de aquí cuanto antes porque no quiero que Meli me haga algo.

Miraba la pantalla de mi teléfono, lo más concentrada que podía pero de un momento al otro, tenía unas manos sobre mis ojos, de manera que no podía ver absolutamente nada pero cuando la persona que me tapo los ojos hablo.

—Adivina quien soy y de dejare ver—su voz se hizo más grave.

—Paulo...quita tus manos—saca las manos y se sienta a mi lado.

—Que buena eres adivinando—bromea, el no es bueno fingiendo voces.

—Me da gusto que hallas adivinado.

★☆★

ya tengo varios capítulos en borradores y pronto los voy a publicar *aplausos por que al fin se puso al día escribiendo*

Helga ━ paulo londraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora