Capítulo Dos

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02.

La radio estaba encendida; la cabeza de Jungkook dolía tanto como para negarse a abrir los ojos.

Taehyung reposaba sobre su pecho como siempre, podía sentir el aroma de su cabello inundar sus sentidos lentamente, llevó una de sus manos hasta él para enredarse entre las finas hebras rubias de su hombre. Todo estaba bien, todo era justo y como debía serlo.

Jungkook había tenido un sueño terrible. Era su boda, lo habían obligado a casarse, Taehyung se había emborrachado y había huido del hotel sólo para estar con él.

Su poca conciencia agradecía que ese maldito sueño hubiera terminado; salvo que no había sido un sueño.

Jeon abrió los ojos, asustado ante la imagen de sus propias manos. Tenía una argolla en el dedo y el reloj que ni siquiera se había quitado la noche anterior indicaba que era casi medio día.

Se sentó sobre la cama, aturdido. Estaba desnudo y el cuerpo de Taehyung a medio vestir parecía estar en su séptimo sueño debido al alcohol que se había apoderado de él.

—¿Qué jodidos pasa conmigo? —se preguntó Jungkook a sí mismo.

Recordaba muy bien haber dejado plantada a Ji-eun la noche anterior.

Después de la ceremonia ambos fueron al hotel, y él no pudo, no pudo hacerlo. Ella lo abrazó, intentó besarlo; pero él simplemente no quería repetir ese momento, aquel donde tuvo que besarla frente a todos en la iglesia, incluyendo a Taehyung.

Entró en pánico, corrió hacia el baño de la  habitación y se encerró en el. No estaba dispuesto a salir a encararla, sólo podía pensar en el rubio, en lo borracho que estaba y en lo cobarde que se sentía por no estar allá con él.

Así que no le importó, abrió la ventana del baño y se lanzó de allí. Quizás fue mayor el tiempo que pasó entre los arbustos adolorido después de una mala caída, que lo que tardó en correr hasta la casa de Taehyung.

Pero ahora estaba jodido. Ji-eun iba a matarlo, su padre iba a matarlo, su madre iba a matarlo.  Maldición, hasta él mismo quería matarse.

Sabía que Taehyung no despertaría hasta dentro de un buen rato por lo fuerte que la resaca lo golpeaba.

Se levantó, corrió hasta la ducha para quitarse el rastro de la noche anterior de su cuerpo y al terminar caminó por toda la casa recolectando su ropa del día anterior. Podría simplemente haber tomado la ropa que le pertenecía del cajón de Taehyung; pero no sabía qué tan sospechoso se vería eso.

Bueno, aparecer con su traje completamente arrugando probablemente sería peor. Así que al final, terminó usando una sudadera gris, un pantalón deportivo y salió de allí esperando lo mejor.

Corrió tan rápido como pudo de regreso al hotel. Se supone que desayunaría con sus padres y su esposa antes de que la hora del vuelo de su luna de miel llegara.

Dos semanas en las Bahamas. Sol, playa y arena, reservados en un lugar exclusivamente para ellos dos cortesía de su madre como regalo de bodas. Eso y como incentivo para darle un nieto.

Maldición, ¿Cómo le decía que no a eso?

Llevaba cinco años, cinco malditos años evitando acostarse con ella con la excusa de que él creía firmemente en el sexo después del matrimonio; pero ahora ya no tenía con qué cubrirse. Necesitaba una nueva excusa, un nuevo apellido.

Después de atravesar a zancadas el jardín frontal del hotel, intentó escabullirse pero fue interceptado por la última persona que deseaba ver.

—¿¡Dónde rayos estabas, Jungkook!? —La mujer estaba de brazos cruzados esperando en el vestíbulo con su equipaje ya listo.

E A S I E R 《KookV/Taekook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora