E A S I E R 《KookV/Taekook》

Capítulo Cinco

05.

(Dieciocho años. Arroz, vegetales y carne. 

—La mesa seis necesita la cuenta, yo me encargo de eso. Limpia el piso de la mesa diez, y llevales más refresco, un niño derramó su bebida. Luego regresa a la cocina por las órdenes de las mesas cinco y tres, recuerda no mezclar los pedidos y no dejar caer nada. Las propinas van en el frasco, las repartiremos después entre tú y yo. Sonríe mucho, sé amable y no olvides sujetar la charola con fuerza. ¿Entendido?  

—Estoy replanteando el hacer esto —dijo Jungkook después de removerse temeroso. 

Taehyung, que sujetaba con fuerza la charola de madera en la que transportaban los alimentos hasta las mesas, le sonrió para alentarlo. La última noche del mes siempre era la más concurrida. 

La hipoteca de su casa estaba asfixiando a su familia y él estaba decidido a aportar económicamente aún con el pobre sueldo que era capaz de conseguir; pero eso significaba despedirse de su tiempo libre. Y por supuesto, dejar de pasearse con Jungkook por el vecindario; pero claro, aquella distancia era algo que el pelinegro no iba a soportar.  

Taehyung había conseguido su primer empleo en un pequeño restaurante que necesitaba pintura, uno que pertenecía a los padres del amigo de su infancia, Jimin. Y Jungkook, bueno, él le había rogado al pequeño regordete conseguirle un empleo a él también para pasar tiempo con su amado Kim explorador. 

Pero aún así, estaba asustado; había escuchado hablar a Taehyung cientos de veces a cerca de los molestos clientes que llegaban incluso a ser groseros con el pobre chico. Ahora temía por los dos. 

—Es fácil, lo harás bien —le animó Taehyung anudando detrás de él las correas del delantal negro que era obligados a llevar como parte de su vestimenta.

—No se trata de eso. Taehyung —tragó saliva—, sobre lo del dinero, yo podría ayudarte. Estoy seguro de que papá…

—Ya hablamos de esto. Puedo hacerlo solo, ¿Está bien? Haces suficiente con estar acá. 

—Pero Taehyung, yo sé que...

—Silencio, ese dinero no es tuyo. ¿Entiendes? Además, no necesito ayuda. Puedo salir adelante, sé que lo haré.  

—Yo quiero...—Bajó la cabeza. 

—Si quieres ayudarme primero consigue tu propio dinero, niño Jeon —se burló de él sin llegar a ser malintencionado mientras le tocaba la barbilla—. Es hora, a trabajar. 

Jungkook suspiró; nadie entendía qué era lo que le motivaba a estar allí, ni siquiera él mismo. Simplemente estaba preocupado por el rostro cansado de Taehyung, por aquellas suaves manos que soñaba con tomar llenas terriblemente lastimadas. 

Se había entrometido lo suficiente en su vida como para saber que la vida familiar de los Kim estaba colapsando desde hacía meses. Los padres del chico trabajaban turnos dobles en una de las fábricas del sector consiguiendo mantenerse apenas a flote, mientras Taehyung se ocupaba de su hermano y de algunas pocas cosas en casa que lo estaban matando. 

Comía poco, dormía casi nada en un intento por mantener un balance entre la escuela, el trabajo y sus tareas domésticas, parecía que cada mes tenía una responsabilidad nueva. Estaba madurando exponencialmente, y a la fuerza.

Y Jungkook, definitivamente ya no soportaba verlo más así, pero el chico se negaba a recibir su ayuda, y sus atenciones alegando que no aceptaría nada que proviniera de su casa o su apellido, así que estaba atado de manos.