Capítulo Tres

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03. 

Las puertas del elevador se abrieron dejando su imponente figura a la vista de todos al avanzar entre las personas que incrédulas le veían como si de un fantasma se tratase. 

Habían pasado apenas un par de días desde que salió del hospital. Pero ni soñando dejaría el trabajo de lado, estaba muy comprometido con esta empresa. 

—¡Jungkook, resucitaste! —dijo Jimin al verlo, levantándose de su escritorio para comenzar a seguirlo.

—Estoy un poco adolorido, así que será mejor que agilices las cosas por aquí, Park —ordenó. El arnés que colgaba de su cuello sujetaba con fuerza su brazo lastimado. 

—Eso te pasa por imbécil. Es el karma, Jungkook. ¡El karma! Estoy seguro. —La mirada del joven estaba llena de recelo. 

—Jimin, si quisiera recibir un sermón iría a buscar a mi padre. Así que, solo ponme al día de lo que ha pasado las últimas semanas. 

El joven negó; aunque intentara estar molesto con él no podía, había sido su amigo durante tanto tiempo. Tampoco le correspondía opinar más. 

—Bien, veamos. Los diseños de la última colección están terminados, los dejé en tu escritorio para que los revisaras. Las modelos estuvieron dando problemas, incluso Taehyung tuvo que intervenir.  Tuvimos un retraso en la imprenta. Tienes dos juntas con socios la próxima semana, una en lunes y la otra en viernes...

—Alto, alto. Es demasiada información, espera. —Sacudió la cabeza—. Consigue una aspirina y un latte para mí, por favor. Llévalos a mi oficina y luego terminas de actualizarme, ¿Está bien? 

—Con gusto. —Jimin asintió con una sonrisa. A él le encantaba su trabajo. Ser asistente de Jungkook era más entretenido de lo que parecía. Además, eso le daba un pase libre a información de primera mano.  

El pelinegro se detuvo. —Park —le llamó—. ¿A qué te refieres con que Taehyung tuvo que intervenir? 

—Nos demandaron.  Ha estado los últimos dos días intentando negociar con los sindicalistas. 

—Mierda. —Esa estúpida boda le había hecho perder dos semanas de importante trabajo—. Bien, ¿Taehyung está aquí?

—¿Para que lo necesitas? —preguntó Jimin a la defensiva. 

—Soy su jefe. Necesito el informe de daños y entender cómo va a perjudicarnos esto. ¿Cuánto tiempo va a retrasar las fotos de la colección? 

—Eres tan cínico —le dijo viéndolo fijamente e ignorando su pregunta— como sea, regresará más tarde. Tuvo que salir a recoger él mismo los libros de diseños, está intentando arreglar los cientos de problemas en lo que estamos nadando. 

—Bien, haz lo que te dije y envía a Taehyung a mi oficina cuando regrese. 

—Ah, y jungkook, una cosa más. —Jimin estuvo a punto de marcharse; pero no lo hizo. No sin antes advertirle—. Tu esposa está dentro de la oficina —le dijo, y le dejó a mitad del pasillo. 

Soltó aire pesadamente, realmente necesitaba esa aspirina. Se armó de valor y giró la perilla de aquella puerta en cuyo cristal estaba grabado en  letras doradas el título: "CEO Jeon Jungkook".

 —¿Qué haces aquí? —dijo al verla sentada frente a su escritorio, con un vestido color granate y su cabello recogido en una coleta larga y oscura. 

—Vine por ti para desayunar, ¿No es obvio? 

—Es muy lindo de tu parte, pero como verás tengo demasiado trabajo acumulado y realmente no tengo tiempo para nada ahora.

E A S I E R 《KookV/Taekook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora