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No pude pasar un mejor cumpleaños. La cena con Evan fue tan romántica y divertida. A pesar de esta comiendo una deliciosa pasta con salsa boloñesa y queso fundido mi hombre se dedicaba a buscar excusas para tocarme. A veces ni las buscaba, solo cogía mi mano y me observaba en silencio con una sonrisa plantada en sus deliciosos labios.

—Eres tan guapa.

Esa frase la oí durante toda la cena y solo conseguía ponerme mas roja que un tomate.

—Tan preciosa y tan mía.

Otra frase que no me cansaba de oír.

Nos pasamos las cena compartiendo besos, caricias, roces suaves y mirada llena de amor puro y deseo.

Y ese deseo explotó de un segundo a otro cuando mi torpeza me llevo a tirarme agua encima mojando mi vestido que se pegó a mi aun mas. Mi hombre salvaje apareció y me llevó en brazos hacia la habitación donde me arrancó el vestido y me hizo el amor durante toda la noche sin descanso, dándome tantísimo placer que en cuanto cerré los ojos después de corrernos por quinta vez me quedé dormida al instante.

Y al día siguiente a pesar de haber dormido tan tarde y haber prácticando tanto ejercicio me desperté como una rosa fresa recién cortada.

Bajé a la cocina y me encontré a mi hombre con pantalón corto de deporte y camiseta de asas dejando ver sus musculosos y bronceados brazos.

Sus músculos se marcan cuando flexiona el brazo llevando un vaso de zumo de naranja a sus carnosos labios labios dándole un trago que baja por su garganta haciendo que su nuez de Adan se mueva y se vea tan atractivo.

Nota mi presencia y deja el vaso sobre la mesa para relamerse los labios y sonreírme tan encantador sin notar lo que le provoca a mis hormonas semejante vista.

—Buenos días Angel.

Mis barbilla casi toda el suelo por lo que la cierro y trago saliva volviendo a la realidad.

—Buenos días —farfullo con la cabeza todavía pensando en cosas sucias que hacerle al cuerpazo de mi novio.

Nota mental: Comprarme todos los libros de kamasutra que encuentre.

—Se te cae la baba amor.

Es oficial. Mi hombre acaba de conseguir que se me caigan las bragas de lo mojada que estoy.

—Lo estas haciendo apropósito —le acuso porque la sonrisa pícara que asoma por sus labios me esta matando.

—Empezaste tu al ponerte ese vestido —replica recorriendome con la mirada provocándome aun mas.

Miro mi vestido y puede que tenga razón. Es un vestido de playa sin mangas, con escote en forma de corazón que se ajusta en mi cintura y es completamente suelto hasta unos dedos por encima de mi rodilla y de un azul claro a juego con los ojos de mi Evan.

—Voy a correr por la playa y remataré mis ejercicios del día dándole placer a mi chica en la ducha.

Me remuevo en mi sitio cuando el calor sube por mi cuerpo y mis mejillas.

—Vuelve pronto —suplico porque creo que no aguantaré mas tiempo sin sentirle dentro.

—Voy a hacer que te corras hasta que me canse —murmura mordisqueando mi oreja.

—Eso suena tan bien —susurro dejándome llevar por los roces de sus labios en la piel de mi cuello poniéndome los pelos de punta.

Me da un rápido beso en los labios antes de salir a la playa dejándome como un flan tembloroso y deseando el calor y el tacto de mi perfecto novio.

Atracción fatal ✔️ (Atracción #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora