26 Maratón 3/3

4.1K 253 17
                                    

Capitulo 26 - Maratón 3/3


Sus ojos azul océano grandes, brillantes, llenos de amor están abiertos y me están mirando.

Una sonrisa preciosa algo torcida seguramente ocultando una mueca de dolor, pero es una sonrisa real de esas que solo me muestra a mi cuando más necesito que me calme y me diga que todo está bien.

Esta despierto.

Por fin esta despierto.

Mi Evan. El amor de mi vida. La luz de mi alma.

Empiezo a llorar como una tonta después de días de sequía e incapacidad de sentir nada.

Corro hacia sus brazos tirándome sobre el con demasiada fuerza ya que oigo un quejido y cuando levanto la vista la enferma que está revisando sus papeles y los aparatos conectados a el me mira con mala cara.

Me siento en el borde de la cama aferrándome a su mano como si temiera que se me escapara como en mis pesadillas.

No puedo parar de llorar:—Pensé que ibas a dejarme.

—Nunca te librarás de mi Angel —susurra acariciando mi mano donde se encuentra el anillo de compromiso—. Ni aunque quieras te dejaré ir.

En cuanto la enfermera sale y nos deja solos me inclino para darle un beso. Mi hombre gruñe al estar incómodo por el collarín así que levanta su mano libre e intenta quitárselo.

—¿Que estas haciendo? —casi chilló horrorizada—. Estate quieto, podría hacerte mal si te lo quitas.

—Más mal me hace no poder besarte.

Se lo quita y lo deja sobre la mesa auxiliar a su lado.

—¿Luego te lo pondrás de nuevo? —asiente de mala gana por lo que accedo a besarle como a el le gusta, con mucha lengua—. Necesitaba mucho tus besos.

—Me necesitabas entero —corrige—. Podía oír algunas cosas que me decías.

—¿Si me oías? —pregunto alucinada y con el corazón latiendo feliz.

—Por supuesto que te oía Angel, aunque solo algunas cosas —sus dedos se enredan en mi pelo sin dejar de mirarme a los ojos, esos benditos ojos que tanto necesitaba ver—. Era muy frustrante oírte decir te amo y no poder responderte.

—Me respondiste —murmuro con una sonrisa recordando como apretó mi mano casi imperceptiblemente—. Fue el gesto que me llenó de esperanza durante las horas que Jamie me obligaba a ir a casa —farfullo haciendo énfasis en obligaba.

—Me alegro que te obligara —gruñe de mal humor—, lo hubiera matado si no cuida bien de ti —me sujeta de las mejillas con ternura—. La próxima vez que no cuides tu salud tendremos un problema señorita.

—Tu me importas más —digo haciendo un puchero.

—No puedo enfadarme contigo cuando te ves así de tierna —deja un largo beso en mis labios—, pero ahora estoy despierto así que te vas a cuidar más.

—Me cuidaré cuando estés en casa conmigo.

—Será tan pronto que ni te darás cuenta —dice rozando su nariz con la mía, cuanto necesitabas esos gestos tan dulces de el—. No será mucho tiempo hasta que este entre tus piernas dándote placer.

—¡Evan! —grito avergonzada a pesar de que estamos solo, pero si me dice esas cosas se me revolucionan las hormonas.

Me paso horas y horas hablando con mi Evan disfrutando de su compañía, sus caricias y los besos que tanto extrañaba. Hacía días que no disfrutada de reírme así y necesitaba recordar lo que era sentir sus caricias.

Atracción fatal ✔️ (Atracción #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora