5

18 3 1
                                    


He pasado la mayor parte del fin de semana encerrada en mi habitación, las chicas han hecho turnos para entrar a ver como estoy. Me he tratado de obligar a recordar algo, cerrando los ojos fuertemente pero nada pasa.

Me levanto de la cama, me calzo unas botas, cojo mi bolso y salgo del cuarto. Necesito salir por un momento de aquí. Las chicas están en el sillón viendo una película y sé que es de comedia porque están muertas de la risa. Camino hasta la puerta de salida y del perchero tomo mi chaqueta.

-Ada-, habla Ali que ha parado la película-, ¿A dónde vas así?-.

Miro mi atuendo, llevo puesto un pantalón de chándal y una sudadera.

-Iré al frente a por algo de comer-, me pongo la chaqueta y abro la puerta.

Afuera llueve muy fuerte, por lo que me apresuro a cruzar la calle. Cuando entro en la cafetería está casi vacía por excepción de una señora con su hija de unos 4 años.

Me siento en una mesa que está ubicada en una esquina y ordeno un chocolate caliente. De mi bolso saco la nota que conseguimos entre mis libros cuando recogíamos mis cosas. Esta arrugada de tantas veces de la he doblado y desdoblado estos dos días. Tal vez la escribí por él.

La camarera deja delante de mí una taza humeante, cuando le estoy dando un sorbo, la puerta se abre y entra Ethan, esta mojado como cuando lo vi por primera vez.

-Mierda-, me he quemado la lengua,- ¡mierda!-, repito.

-¡Hey!-, se ha acercado a mí, -¿Estas bien?-.

Asiento y me muero de la vergüenza, ¡me había olvidado de el totalmente!

-¿Puedo acompañarte?-, retira la silla y se sienta antes de que le responda.

-La otra noche-, decimos al mismo tiempo.

-No quise propasarme contigo o algo por el estilo-, se apresura a decir.

-Lo sé-, doy otro trago a mi bebida esta vez con cuidado de no quemarme,- siento haberme ido así, de verdad-.

-¿Entonces por qué lo hiciste?-.

No hay forma que le diga que su beso hizo que recordara que hay otra persona que me ha dicho que me ama y que además no sé qué tan lejos llegue con él.

-La verdad es que no puedo explicártelo ahorita mismo, porque yo tampoco lo entiendo-.

La camarera se acerca a nosotros otra vez y Ethan pide un café negro que se lo traen de inmediato, después de 10 minutos que estamos en silencio, toma la nota que he dejado sobre la mesa y la lee.

-¿Aristóteles?-, sonreí,- "un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas", pero ¿Qué pasaría si uno de esos cuerpos se pierde Adhara? ¿Cómo viviría esa alma?-, me mira serio.

-Yo...-, no tengo ni la menor idea de que decir, -¿Cómo es que sabes tantas cosas?

-Por qué me gusta saber cosas Adhara, ¿Cómo es que tú no la sabes?,- inquiere alzando una ceja.

Me encojo de hombros y sigo tomando de mi taza sin dejar de verlo.

-El martes tendremos una competencia de remos, Eliot ha invitado a Ella, ¿te gustaría venir?,- pregunta como si nada,- no como una cita, solo por el espíritu universitario-.

-Vaya, ¿Con que el equipo de remo?-, finjo no saber que Alison ya me ha dicho-, Vale, iré por el espíritu universitario.

Ethan pone en sus manos en su pecho como si le hubiera dolido mi respuesta y yo rio con ganas.

-Tranquila, ya sé que no debo quitarme la camiseta delante de ti-, me guiña el ojo, -Tengo que irme, he quedado con los chicos más tarde-, se levanta y saca un billete de su bolsillo,- Invito yo, hasta luego Adhara-.

Lo observo salir y desaparecer bajo la lluvia, me quedo un poco más de tiempo.

Regreso a casa cuando ya ha oscurecido.

-¿Todo está bien Ada?-. Pregunta Alison que se ha quedado despierta esperándome.

Me siento en el sofá junto a ella.

-Me he conseguido a Ethan en la cafetería, me ha invitado a una competencia el martes,- le digo-, Eliot ha invitado a Ella también.

-¡Ada!-, responde emocionada, -¿Vas a ir cierto?-.

-Le he dicho que iré -, me rio, pero me pongo seria al instante, -¿Crees que debería salir con Ethan?-.

Alison toma mi cara entre sus manos y me hace mirara fijamente.

-Sé que es difícil para ti, después de todo lo que has pasado y lo que has recordado, pero esa persona no está, no te ha buscado-, hace una pausa para que yo procese lo que me ha dicho,- si pasa algo más adelante ya vemos que hacemos ¿ok?-.

Asiento y me secos las lágrimas no derramadas.

-Además Ethan ha mostrado interés en ti, le gustas Ada-.

-¿De verdad lo crees?-.

-¡Por supuesto que sí!,- dice indignada de que dude de su palabra.

-Vale-.

El lunes por la mañana, cuando llego a clases no hay nadie dentro del salón, miro mi reloj y veo que he llegado muy temprano. Tomo asiento y un libro para matar el tiempo.

Estoy concentrada hasta que alguien se para justo delante de mí y de un manotazo tira el libro al piso. Es Emma que está hecha una furia.

-¿Disculpa?-, digo levantando una ceja.

-Eres una pequeña zorra-, dice roja de la rabia.

-¿Disculpa?-, repito sin saber que está pasando.

Pone sus dos manos sobre la tabla de mi silla, se inclina hacia a mi tanto que tengo que échame para atrás.

-Te han visto con Ethan en la fiesta de Daniel-, dice apretando los dientes,-Que te quede claro que él es mi novio y tú solo una estúpida y mojita niñata-.

-Buenos días señoritas-, el profesor ha entrado seguido de un grupo de estudiantes.

Emma me mira con cara de odio y se marcha, me levanto para recoger el libro, pero alguien lo ha levantado antes que yo.

-Creo que esto es tuyo-, me lo tiende un chico de cabello castaño algo corto y ojos azueles muy claros, -Soy Austin por cierto-, me brinda una sonrisa.

-yo soy Adhara-, tomo el libro y vuelvo a sentarme.

-¿Puedo?-, señala en puesto junto a mí y yo asiento, -¿Problemas con Emma?-.

-¿La conoces?-, inquiero.

-Digamos que es la novia de alguien que conozco -, se encoge los hombros.

-¿Ethan?-, pregunto algo conmocionada.

-Sí de Ethan, ¿Le conoces?-.

-Solo lo he visto un par de veces-, murmuro y ya no hablamos más, una vez me entretengo en el cabello blanco del profesor moverse de un lado a otro, ¡me ha mentido!

Al final de la clase me apresuro a recoger mis cosas, salgo y camino por el pasillo.

-¿Te tomarías un café conmigo?-, llega corriendo hasta mi Austin con una sonrisa en los labios.

-Llego tarde para mi próxima clase-, le respondo.

-No aceptare un no por respuesta, vamos-, toma mi mano y tira de mi hasta una cafetería en el campus.

Austin ordena y sale con dos vasos en la mano y me entrega uno.

-Para ti-.

-Gracias-, le sonrió.

Caminamos por los pasillos, sin decir una sola palabra.

-Gracias por el café y por acompañarme hasta aquí.-

-¿Qué puedo hacer para que salgas a cenar conmigo algún día?-, pregunta

-No voy a responder eso-, me rio, -Hasta luego Austin-, me doy la vuelta y entro a mi nueva clase. 

Solo un recuerdoWhere stories live. Discover now