Capítulo 26

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Capítulo Final.

Thomas se encontraba pegado a mi espalda cuando entré al restaurante.

No era porque tuviese miedo. Porque las carcajadas que gracias a él tuve, me relajaron a sobremanera y me hicieron liberarme unos minutos con él en el coche.

Le conté mi pasado por arriba. No lloré. Pero la sensación que tenía por dentro, como si me impidiesen hablar mis órganos, era odiosa. Fui abrazada por Thomas y comprendida.

Y al ver que no tenia náuseas ni mareos, el coraje me entró y decidí apostar todo lo que tenía. Que era nada.

No tenía nada que perder. Con lo cual... Puede que tuviese todas las de ganar. Y si no, me iría con la cabeza bien alta de aquí.

-¿Preston... Thomas? ¿Qué mierda...?

-Shh. Usted calle y escuche amigo- murmura Thomas poniendo su mano sobre su hombro y apretando.

Los ojos verdes y salvajes de mi hombre de novela no se sepraban aún de los míos y yo desvié la mirada para fijarla en la castaña que me miraba de arriba a abajo.

Y bastó analizar su mirada para darme cuenta de que no se merecía ni una pizca a quién tenía delante.

-¿Desde cuándo te gustan... ellas?- empiezo susurrando y le observo apretar la mandíbula- Crei que eras más listo. Y-yo... ¿Acaso no te dejé claro mis sentimientos? ¿Acaso la mirada que me dirigías a veces, creyendo que no te notaba... era falsa?

Inspira hondo y cierra los ojos por un segundo.

-Preston, estamos en un sitio público y todos miran. Y sé lo que intentas y no...

-¡Al menos yo intento Riot! Te confesé mis sentimientos aún cuando tú te lo tomabas a coña. ¿Sabes lo que habría pagado por tener dos segundos de la puta atención que le estás prestando a ésta ahora mismo? ¡De verdad con volver y decirte que ahora sí se a centrado en la vida y quiere intentarlo en serio, que a saber qué otras oscuras ideas tendrá, te vas a arrodillar como un perro!- me fulmina con la mirada y Thomas pone su dedo índice en los labios de Valerie cuando ésta iba a hablar- Créeme que intenté olvidarte Riot. Pero dolía. E intenté quererte. ¡Y también dolía! No eres fácil y eso era maravilloso para mí... ¿pero porqué tú no lo ves de ésta forma? ¿Qué hice mal?- y entonces se queda callado. Mirándome. Mis ojos se llenan de lágrimas - Tuve un pasado de mierda. Mi propio padre...- trago saliva y su mirada cambia e incluso su piel palidece más, pero yo me obligo a mantener a raya las náuseas y a no derrumbarme- Mi propio padre abusó de mí. ¿Crees que lo tuyo es sólo un capricho, Riot? ¿Crees que si no hubiese visto en ti al hombre con el que quiero compartir mi vida, acudiría a ti olvidando el trauma que aún yace en mí? ¡¿EN SERIO ME CREES TAN IMBÉCIL?!- golpeo mi puño contra la mesa y las lágrimas ya son parte de la piel de mis mejillas- Dime... ¿Acaso ella acepta o siquiera sabe la historia de tu cicatriz?- bramo en un susurro poniendo mis manos sobre la mesa y acercándome a su cara. Aprieta la mandíbula y podría jurar que sus ojos estaban cristalinos- ¿Acaso ella te habría acogido con gusto en su apartamento sin intentar zorrearte? ¿Acaso eres de esos hijos de puta... los cuales sólo les importa el sexo ahora mismo?

Y mi pregunta quedó flotando en el aire. Junto a su mirada fija en la mía.

-¿Se lo has pedido ya?- susurro en dirección a Riot.

Éste aprieta la mandíbula y pone el puño en la mesa.

-¿Pedirme qué? ¿De qué habla?- chilla la otra.

Riot hunde sus manos en su cabello y tira de él, frustrado.

-¿Nos puedes dejar solos ya de una jodida vez?

EL ALIENTO DEL DIABLO✓Où les histoires vivent. Découvrez maintenant