Eclipse azulado | Ronance

1. El muro de cristal azul

Desde la ida de Jonathan las cosas no me habían ido muy bien. Intenté seguir con mi día a día con normalidad, como si nada hubiera pasado, mi hermano tampoco estaba mejor que yo.

Siempre que él me llamaba o me enviaba alguna carta le decía que estaba bien y sonreía todo lo posible, lo que menos quería hacer era preocuparle. Pero la verdad es que era todo lo contrario, me sentía vacía, como si me faltara algo en la vida. Jonathan era una persona en la cual podía confiar, y contarle absolutamente todo, por muy estúpido que fuera aquello que me ocurriera en ese momento él no me iba a juzgar.

Pero no podía hacer nada, porque estaba a kilómetros de distancia, y la vida tenía que seguir. Intentaba hablar con mi madre, pero no era lo mismo, nadie me llenaba como lo hacía él, ni nadie me causaba esa extraña felicidad que florecía en mi cuerpo con solo mirarle.

Pensé en todas las opciones, tenía bastantes amigos, pero ninguno era alguien en quien confiar. Más tarde pensé en Steve, aunque hubiera sido un idiota en muchas ocasiones había cambiado, una parte de mí decía que él podría escucharme y ayudarme.

—He de ir a la tienda de películas—pensé.

Era por la tarde, la tienda tenía que estar abierta. Me arreglé un poco, ya que hacía días que no lo hacía y fui directa al coche, el cual arranqué en dirección a la tienda. Por suerte, no estaba muy lejos.

Al llegar la campanilla anunció mi presencia, observé el lugar con curiosidad, había montones de películas que no había visto y carteles por todas partes. Tenía que reconocer que el lugar tenía su encanto particular.

Me dirigí al mostrador, en el cual Robin no tardó en aparecer. No había hablado mucho con ella, de vez en cuando la veía estando con Steve, seguía pensando que eran pareja, aunque Steve me lo había negado rotundamente por razones que prefería no mencionar.

—Hola.

Al verme, ella me miró con una sonrisa algo desconcertada.

—¿Qué hace Nancy Wheeler en un lugar como este?

Su tono medio bromista cuando hablaba era una de sus particularidades, pero tenía razón, nunca había ido a una tienda de películas. Parecía un cervatillo en una jungla llena de tigres.

—Venía a buscar a Steve, necesito hablar con él— sonreí mirándola.

—Steve no ha venido a trabajar hoy, tenía que ir a un sitio con su madre.

Hice una pequeña mueca de decepción. Había tardado varios días en tomar esa decisión y necesitaba decírselo a alguien cuanto antes.

—Gracias de todas formas— hice un ademán de irme cuando Robin me interrumpió cogiéndome del brazo suavemente.

—Espera ¿Qué te ocurre?

La miré a los ojos. Su pregunta me sorprendió.

—Bueno...—suspiré. No sabía si contárselo.